22.10.07

Que gonito es trabajar, que gonita es nuestra gente.

empresa

Existe un don, una magia, un poder oculto que en ocasiones nos puede llevar situaciones incómodas. Puede ir uno con toda buena voluntad a felicitar a una amiga que sabe que quería quedarse embarazada y descubrir que son gases o exceso de bollos. También se puede quedar de puta madre con el "que tal tu padre, ¿está mejor?" y anticipar la respuesta al ver la cara del otro. Aun así tienes que esperar a que te lo diga, no cosa te pases de listo dos veces al soltar "¡vaya tío!, no sabía que había muerto, te acompaño en el sentimiento". Y resulta que no, no se ha muerto, simplemente tiene cáncer terminal.
Este tipo de meteduras de pata son muy comunes en el entorno laboral. Quizás son embarazosas , pero no las peores. Al fin y al cabo, nadie es adivino y quien lo pasa mal eres tú ( por la metedura de pata... evidentemente quien peor parte lleva es el familiar del difunto/canceroso o la "no embarazada, sólo gordita").

Lo malo es cuando las equivocaciones van a marcar tu futura vida laboral.
"-... ya sabes , el tío ese del pelo gris... Es lo más borde que te puedes echar a la cara. Si es que no sabe ni lo que quiere, ni lo que hace, vamos, un incompetente como la copa de un pino.- dice Patricia Lagunilla"
La víctima cree reconocer de quien están hablando. No ha tenido mucho trato con el aludido, pero también le cae gordo, así que por el mismo precio se va a socializar y desahogarse:
"- ... Sí, ya se quien dices. Además es un cerdo, me mira de arriba a abajo, como desnudándome - mete baza Arancha Lecumberri, la nueva secretaria."
"- ... Bueno, eso no lo había oído, pero no me extrañaría - continúa Patricia."
"- ... Pues ya te digo yo que sí. Va por ahí con su enorme peca en la cara que parece una mierda pegada y sus gafas de pasta... ¿de dónde habrá salido ese baboso? - remata Arancha."
Patricia se queda callada y se va. Arancha, intrigada, pregunta con la mirada a otro compañero que ha puesto repentinamente cara de circunstancias boreales.
"- Es que Patricia se refería a Miguel, el de archivos, y el que has descrito tú es Íñigo... su padre y... je, je, nuestro jefe de sección... - le revela Antonio dándole dos inutilísimas palmaditas a la espalda de consuelo a la nueva".
Efectivamente, como diciendo -"te esperan tiempos de gloria en esta empresa".

Así es la vida. Uno puede ir un sábado-noche con una cogorza rusa, ser "amonestado" verbalmente por una señora a la que llama " puta foca amargada" y resultar ser la mujer de su jefe, su futura suegra o la cirujano que va a operar su torsión testicular. Es justo que sea así por que en la tragedia está la sal de la existencia.

Muchos chascarrillos entre compañeros de trabajo son simples terapias para descargar tensión. En ellos se pueden arrojar , con mayor o menor fuerza, pestes sobre terceras personas. No siempre es algo serio, de hecho suelen ser banalidades que se exageran y que hacen más llevadera la jornada. Igual sirve el "ya le vale a fulanito" que "vaya mal día que tenemos hoy". Es una simple medida terapéutica de descarga. El problema viene cuando el "desahogo" es , en primer lugar brutal, y en segundo lugar dicho con el don de la oportunidad. Es decir , segundos antes de que la "víctima" entre por la puerta. Como "somos nuevos", no sabemos que las probabilidades de que eso ocurra son del 90 por ciento.

En España tenemos el vicio de tener la lengua muy larga y el aguante muy corto. Traducido al cristiano significa que quien oye y se ve como protagonista de una de esas conversaciones se juramenta como enemigo eterno al.... más débil del corrillo que le ponía a caldo. De siempre la jerarquía de bofetadas va del grande al pequeño. Qué diferentes los japoneses. Allí el jefe de la empresa ya sabe que una forma de aliviar el estrés laboral es despotricar contra el superior. No es extraño que incluso en los gimnasios de la empresa existan sacos de boxeo con una fotografía suya pegada para desahogo de los empleados.

En esto, no obstante, sí hay una gran diferencia entre sexos. Los varones solemos ser mucho más primarios y carentes de sutileza. Por eso somos perfectos candidatos a tener el "don de la oportunidad" y que nos pillen. El homo sapiens masculino es ese animal que descubre que dos compañeras suyas de trabajo a las que creía íntimas se odian... después de cuatro años. Para el resto de compañeras era obvio el primer día. Cuando dos varones se llevan mal, no sólo es público y notorio, si no que además se recrean en dejarlo patente. ¡Ojo!, eso no significa que las féminas sean más hipócritas, de hecho en su lenguaje expresan con claridad cristalina la situación. No en vano, todas las mujeres de la empresa están perfectamente al tanto del mal rollo que hay entre "Sandra" y "Eva". Lo que ocurre es que en lenguaje femenino decir con una "muy amplia" sonrisa "Adios Eva, cuídate", significa "muérete zorra".

Ni que decir tiene que no siempre el chascarrillo es un inocente juego para desengrasar un descanso en el trabajo. Existen dos extremos; el "despellejamiento" injusto de un fulano que al nacer le pusieron en la espalda "dame una colleja", y el justo ,pero cobarde, descargo sobre determinados especímenes que se reparten exquisitamente por el mundo y están en cualquier empresa de más de doce empleados. Es cobarde por que con ello no se resuelve el problema que plantean esos seres.
En la pléyade de seres hay de todo, peligrosos y dañinos e inofensivos y curiosos. Por razones que la ciencia no puede explicar, no hay empresa que se precie sin su "trepa", "putilla", "raro", "pelota", "fantasma", etc. Son clones que se repiten de forma secuencial por el universo del trabajo. La , hasta cierto límite, razonable descarga del chascarrillear sobre otros es diferente en función de que el "ser" pertenezca al grupo de peligrosos o inofensivos. Cuando se trata de los peligrosos se suele tener mucho cuidado de que el bicho no esté presente. Cuando es el inofensivo la cosa no importa demasiado.
Eso no significa que haya que hacerse el héroe. Lo que ocurre es que el cotilleo ,tanto sobre el inofensivo, como sobre el "de cuidao", sólo sirve de desahogo temporal. Es decir, "cuando desperté, el dinosaurio seguía allí", que diría Monterroso. Sin embargo, si se pusieran de acuerdo en coger al hijo puta, desnucarlo y enterrarlo en un pantano, a la mañana siguiente ya no estaría... pero claro, eso es ilegal y encima el señor juez diría que ellos son los malos, por lo que no hay otra que aguantarse y llevar la vida de la forma más asequible posible.

Salud y ser buenos. Los creyentes que le pidan a Dios paciencia, por que si le piden fuerza le arrancarán la cabeza a alguno.