31.10.05

POLEAS Y BROMAS

Hang loose

Estaba colgado de un hilo,
el señor de casi poco,
- si respiro y luego soplo,
contra el suelo me deslizo.
El coraje está perdido,
nada queda en sus bolsillos,
salvo piedras,
dos anillos,
un puñal,
algunos libros.
Aun recuerda casi en broma,
que cayeron las paredes,
y las ciudades con sus seres,
se diluyen y transforman.
Ya está harto de la vida
y se lanza como bomba,
al vacío,
hacia la nada,
sin sus cosas,
con el frío.

Mi carreta

Sólo y sin amigos,
educado en las riberas,
se detiene en el destino
al que ha llegado su carreta.

fimar
Tras los pasos cansados,
del filósofo sabio,
han corrido tres necios,
que han seguido su rastro.
Aunque fueron veloces
y el anciano despacio,
ni aún a fuerza de coces,
se reduce el espacio.
Lo que separa al que sabe,
del que solo es fachada,
es lo que va del carbón,
a la joya engastada.
Ya del diamante a la hulla,
o del lagarto al caimán,
aunque en parte es igual,
se es soprano o se es grulla,
se es Don Juan o gañan.

d_gen1
Cuentan que Sir Lanzarote,
cortejando a la Ginebra
mujer seca pero bella;
encontrose de rebote
al terminar de besarla,
con un brebaje de Malta;
y cambiando de golpe,
a la mujer, por el tonel,
se tornó siempre fiel,
a aquel licor del norte,
mejor que la hidromiel,
con empaque y gran porte.
¡Viva el Whisky Escocés,
que la Ginebra es muy borde.!.

come on death if you think youre hard enough



¿Cuánto cuesta descubrir
lo que oculta la cortina,
de nuestra cochina vida,
en su lento transcurrir?
Mejor no tener prisa ,
mejor tomarlo a broma,
y si acaso el miedo asoma,
fingir que te da risa
y subirse a la otra loma.

24.10.05

DESCANSE EN PAZ


Acudieron a su entierro los testigos de su vida; el viejo Aurelio y el burro Elías. Vivió como quiso hasta los treinta. Era el hijo del alcalde, y bebía tintorro recio y orujo para desayunar. Como no quiso estudiar y con eso de la democracia, la alcaldía no se hereda, se dedicó a ser proxeneta. El personaje del que hablamos se llamaba Sebastián.
Su oficio era más respetable que el de su padre; antaño cacique del régimen, hoy representante insigne de las alcaldías pequeñas en un partido nacionalista de Aragonia. Por un lado, su progenitor le odiaba por dedicarse al putañeo, por otro le servía como escudo liberal.
- “Sí, mi hijo tiene una empresa de relaciones públicas, sí “El Puerto de Odessa”, esa es. - decía.
Realmente lo que lo más le molestaba a Jesús Remacha ( hoy, Chesus ), era que tuviera que pagar como todo el mundo. Antes, en los buenos tiempos, las autoridades tenían sus privilegios, pero los hijos de ahora no respetan nada.
Sebastián ahorró en diversos trabajos lo justo para adecentar una paridera de ganado y transformarla en club. Como era de espíritu vivo, muy pronto se hizo con una buena colección de potrancas ucranianas. De todos los pueblos de alrededor venían los clientes y a los veinte años se había convertido en todo un empresario.
Su padre, que después de haber sido de Alianza Popular, creyó conveniente hacerse del PAR, se encontró un buen día diciendo en la plaza que lo que realmente, realmente, le apetecía era ser del CHA. Con buena vista, pues, en un bucólico pueblo de Huesca, donde el complejo de inferioridad, ya sea por abandono, ya sea por pusilanimidad congénita, llevaba a los lugareños a añorar yo que se que pollas de destino en lo divino y lo universal, el alcalde y la eternidad eran uno.

De crío, después de escuela, iba con su tío Aurelio a montar en Elías ( el burro ). Por los caminos y los valles aprendía de la docta filosofía de Aurelio.
- En este mundo - sentenciaba su tío - sólo hay puteros, hijos de puta, y puteros hijos de puta como mi hermano.
- Te refieres a mi padre - respondía Sebastián.
- Tu padre, tu padre, lo que se dice tu padre... Personalmente creo que va a ser que no. Ahora, que si tu madre ha tenido el gusto de darle un hijo a ese malnacido, ella sabrá. Lo sentiría por ti, por que es mala simiente. Como tu no la has heredado, mejor que no tengas hijos por si acaso.
Y así pasaba las tardes hasta que a los catorce dejó el colegio. Entonces, su padre, que ya se había afiliado al PAR, todavía traía verbenas normales para las fiestas del pueblo. Una noche, después del baile, le cogió su tío Aurelio por el hombro y le dijo:
- ¿Te vienes con Elías y conmigo a “La Casita”?.
Los ojos vidriosos por el tintorro se le blanquearon al momento. “La Casita”, el lugar mágico al que muchos muchachos del pueblo decían haber ido, siendo mentira, claro.
Se turnaron por el camino para ir a lomos de Elías. Cuando llegaron, el aparcamiento estaba lleno, pero el borrico para en cualquier sitio.
Todavía no había la abundancia eslava de hoy en día, por lo que lo exótico eran las putas de Cuenca, en fin, ¿qué más da?.
Se lo pasó divino con la conquense mientras en la otra habitación le hacían una chuparraica a Aurelio.
- Cuando tengas mi edad pasarás de follar, lo mejor es que te la chupen. Te tumbas pensando en tus cosas y sin cansarte te quedarás como Dios. ¿No pagas tú?, pues que trabajen ellas. ¡Para eso tengo mis riñones curtidos en las eras, para culear, ¡no te jode!.
Sebastián estaba entusiasmado, alucinado y con el futuro claro y cristalino. Lo del polvo estaba bien, claro, pero lo que le había deslumbrado era la ingente cantidad de billetes que entraba en la caja. Ese día vio transparente lo que sería su futuro.
Como ya hemos dicho, trabajó de lo uno y lo otro. Vivía en casa de sus padres, y como era muy ahorrador, pronto pudo poner en marcha su plan. Los chicos de su edad que curraban se dejaban los cuartos en “La Casita”. El se iba con su tío por los montes para no gastar, salvo algún orujo y tintorro, claro.
- “Hoy no me gasto los cuartos en “La Casita”, pero mañana se lo gastarán los demás en “El Puerto de Odessa” - pensaba en sus ensueños.
Todo vino rodado. Su tío, el bueno de Aurelio, era un relaciones públicas acojonante. Estaba el pequeño problema de que no le gustaba dejar solo a Elías y del único que se fiaba era de Sebastián. Por ello, los viajes a Madrid y Barcelona para contratar “material”, los hacía Aurelio en solitario mientras Sebastián cuidaba del borrico. Realmente el mérito del negocio, al menos en sus primeros pasos, era de su tío.
Otra cosa que ayudó mucho, fue el oportuno y enésimo cambio de chaqueta de su padre. Cuando ya tenía el negocio montado, el Alcalde se hizo de la CHA de toda la vida. Este era un partido de provincias ultraconservador, vamos , lo que hoy se entiende por nacionalismo de izquierdas y progresista. Es algo tan ridículo como el caluroso verano ártico o el insoportable monzón de los desiertos; en fin, cosas veredes aunque no te las creyeres. Le vino bien, por que como buen partido filo-fascistoide que se precie, no puede prescindir de la sección de “coros y danzas” y claro, las verbenas no son lo mismo. La hipocresía, pecado universal, hacía que nadie lo reconociera en público, pero en el fondo tanta dulzaina, gaita y puñetas le aburre al personal. Conclusión, que eran muchos más, los que chino chano, en mitad de las fabulosas verbenas patrias, se acababan yendo de putas.
Fueron casi diez años de prosperidad fabulosa, con mujeres, con dineros, con Elías y con Aurelio. Un par de veces al año se iba de vacaciones dejando a cargo del negocio a su tío. Este, nunca abandono el pueblo, por que ¿quíen iba a hacerse cargo del borrico?. Aurelio era muy buen relaciones públicas, pero muy mal gestor. Bueno, según se mire era gestor de satisfacciones, pues invitaba a todo cristo. Eso no era un gran problema, a la hora de hacer cálculos para las vacaciones, Sebastián ya lo ponía a cuenta de inventario.
Los problemas vinieron con el tiempo. En parte culpa involuntaria de Aurelio por su prodigalidad y en parte culpa de su padre por tanta dulzaina. El negocio acabaría muriendo de éxito. Y es que no tardaron en llegar quejas sobre ruptura de matrimonios por aquí y por allá. Cierto que algunos se rompían, pero para ser sustituidos por otros. Muchos lugareños de tanto roce, se divorciaban de la legítima para casarse con una ucraniana. Esto al negocio no le afectaba por que era muy fácil renovar, y además, era reconfortante hacer de agencia matrimonial. Pero si algo puede restar votos, ese algo traerá problemas con la política.
- Tienes que decirle a tu hijo que cierre el local, además ya está forrao de pasta ¿no?. Mira que aquí las mujeres mandan mucho y nos pueden joder en las elecciones.
- ¡Coño!- decía Jesús - (perdón, Chesus). Y como conjugamos un discurso de las buenas costumbres aquí con la entrevista que tengo mañana en la capital.
- Ya, a ti lo que te preocupa es que el pueblo te va pequeño y quieres un asiento en el Gobierno de Aragón.
- Hombre, Chose, que yo llevo muchos años aquí. ¿No es lo que critican algunos?.
- Bueno, bueno. Tu no te preocupes. Eso sí, si te preguntan en la capital o te hacen una entrevista, dirás que no es por conservadurismo si no por que las ucranianas ocupan puestos de las mujeres de la tierra.
Hubo además de juicios y prejuicios mucho ruido y miedo a perder las elecciones. Desde la sede central se presionaba para que se solucionara el asunto cuanto antes. Uno de los concejales más brutos tuvo un plan. La cosa era incendiar por la noche el local y achacarlo sin hacer mucho ruido a incontrolados hartos de tanto vicio. Después se dejaría pasar el tiempo, y para cuando llegaran los comicios, el asunto se habría olvidado.
La cosa cogió por sorpresa a Sebastián. Cuando estaba cerrando caja y las chicas ya se iban a descansar comenzó la tragedia.
- ¿No hueles a quemado? - le dijo su tío Aurelio.
- ¡Joder!, ¡Tenemos que apagarlo!. ¡Sveta!, saca a las chicas fuera.
Las ucranianas consiguieron salir a tiempo, pero Sebastián y Aurelio seguían, inútilmente, intentando apagar las llamas. Elías, que como siempre, estaba aparcado fuera, se estaba poniendo nervioso. Su amo y su mejor amigo estaban dentro y no se les podía abandonar así como así.
Elías penetró al trote en el interior del “Puerto de Odessa” cuando Elías y Sebastián habían salido por la puerta trasera, dejando el desastre por imposible.
Cuando estuvieron al descampado, Aurelio miraba a todas partes inquieto.
- ¿Dónde está Elías? - preguntaba con angustia.
- Ha entrado dentro - le contestó Elga.
Sebastián tuvo que sujetar a su tío para que no volviera al local, a su edad, no estaba para esas empresas.
Remojándose con agua, Sebastián penetró dentro desafiando al fuego. Durante unos minutos, todos miran fijamente a la puerta tras la que se vislumbran las llamas. La inquietud era creciente y las chicas tenían que sujetar de nuevo a Aurelio que quería entrar. En ese momento salió Sebastián llevando a hombros a los ciento veinte kilos de Elías y cayó sin vida una vez que lo puso a salvo.
Sí, Sebastián, tus amigos no te olvidan. Y es que negocios, política y amigos, pueden ser sinónimos de muerte. ¡Porca miseria!.

21.10.05

POKER





DON “ESPECIAL” Y LOS “INTOLERANTES VASALLOS”:

DON “ESPECIAL”.
- Jugando al póker deseo,
siendo de gran justicia,
que para saciar mi avaricia,
si además de cartas poseo,
el derecho algo feo,
de tener a la entrada,
un comodín y dinero:

Será mejor mi jugada
y más agusto mi juego. -

- ¿Cómo osáis pues negaros?,
¡Intolerantes compañeros!,
¿Cómo sois tan tacaños,
que cuestionáis sin reparos,
mi libertad para haceros,
tan gran oferta del año
que así conviene a mi juego?.-

-¿Acaso no soy de mi alma mi dueño?
¿Acaso no puedo decidir mi futuro?
¿Cómo podéis oponeros al ruego
de elevar frente a mi vuestro culo?.-

LOS “INTOLERANTES VASALLOS”:
- Mire usted, Gran Excelencia,
y no crea que es por joder,
pero se acaba la paciencia,
y ya puestos a perder,
que sea de forma abierta:

O bien la partida se inicia,
en igualdad de condiciones.
O que cada perro elija,
sin mosqueos , sin rencores,
esta, aquella u otra silla,
en que lamerse sus cojones.-

-Ahora sí, y que lo sepa:
Si jugamos todos juntos,
los privilegios presuntos,
y ese derecho que apesta
a imposición por la jeta:

En esta mesa que estamos
los que a ella representan,
a jugar nos negamos
con esa mierda de reglas. -

- Y si amenaza con tacto,
en romper la baraja,
lo seguro es que pasa,
en su casa otro tanto.
Pues si el ser “especial”,
es razón suficiente,
para poder reclamar,
un trato preferente;

en todo y entero lugar,
ocurrirá, es evidente,
que se pueda alegar,
la misma razón, conveniente.

¡No se extrañe mañana,
si en su trozo de tierra,
unos cuantos demandan,
que se vaya al mierda,
que se adjuntan a España,
y su nación que se pierda!.

¿Tendrán ese derecho los hijos de Ilerda?
¡¿O el buen rollito termina en las Fronteras Sagradas,
donde el derecho es fachada,
la libertad es supuesta,
y la democracia, charada?!. -

17.10.05

¡VAYA SUSTO TONTO, PUES!


En el saloncito gris, el Pater Familias se recuesta plácidamente en su sillón orejero. La princesita va a salir esta tarde a tomar un refresco con sus amigas y ha venido a solicitarle la paga.
- Papi, me das dinero para salir con mis amigas.
- Si princesita, toma cinco euros. Guárdate algo para comprarte cosas bonitas. Poco a poco, si retiras una pequeña cantidad, te harás con un montante importante.
El Pater Familias se deja dar un beso en la mejilla por su niña. Arancha está muy crecidita, es toda una mujercita.
- No vuelvas muy tarde hija.
- No te preocupes, me quedo a dormir en casa de Irachu, ¿no te lo ha dicho mamá?
- ¿Y quiénes son sus padres? - inquiere el progenitor.
- No quieras saberlo todo, deja a la chica en paz. - dice la matrona, Doña Maite.
- Es verdad, además nuestra hija es muy responsable.
La puerta se cierra y en la soledad del hogar el matrimonio se dedica a disfrutar de una plácida tarde de Otoño. La lamparita de la mesita del salón invita a una tranquila y sosegada conversación marido-esposa, esposa-marido.
- Maite...
- ¿Sí cariño?.
- ¿No crees que hemos tenido mucha suerte con nuestra hija Arancha?.
- Sí, José María, si tú supieras...
- ... - plantea Chema.
- Nada, que nuestra Arancha promete. Ha sacado unas notas que le han permitido entrar en la mejor Universidad. No te creas que todos los vecinos pueden decir lo mismo de sus hijos. La hija de Augusto, ya sabes, el director de la fábrica de cervezas que auditásteis el otro día, no ha podido entrar en telecomunicaciones. No me extraña, claro, ya sabes como son.
- Mujer, tampoco es para tanto...
- Ya, ya - dice Maite como subrayando la ingenuidad de Chema -, si no es sólo que no vayan a nuestra parroquia, se que se van a la otra, ya sabes, la de...
- Si, si, Maite, pero ya sabes que no me gusta hablar de esas cosas. A mi me apetece charlar con los amigos, vivir en paz tomando unos chiquitos con los compañeros de toda la vida, la sociedad gastronómica... Otras cosas ya sabes que me entristecen mucho. Somos gente pacífica, normal...
- Pero es que es todo - insiste Maite - . Todo esta relacionado. Si al final las cosas son como son. ¿Sabes que se comenta que ha abortado dos veces?.
- ¡Coño Maite!... Perdón, se me ha escapado el palabro. Quiero decir que pueden ser habladurías. No te gustaría que fueran comentando esas cosas de nuestra hija.
- No compares a nuestra hija, una niña de sobresalientes, con la chiquilla de los vecinos. A mi siempre me pareció muy suelta. Además, tu mejor que nadie sabes que esa gente, esos González y Valeros, con su acento murciano...
- ¿Qué tiene que ver el acento murciano?.
- ¡Chemari!, por favor, no te hagas el tonto. Que tienen esa cultura, que son más sucios. No son como nuestra familia. ¿No irás a negarlo?.
- Si tienes razón mujer. Por cierto, ¿conoces a los padres de Irachu, la chica a cuya casa se va ir a dormir nuestra hija?.
- Claro que si, Chemari. ¿Me crees tan irresponsable?. Su madre fue compañera mía de colegio y son muy buena familia. Ya sabes, gente de aquí de toda la vida.
- Bien, ya me los presentaras. ¡Vaya!, suena el teléfono.
- Ya lo cojo yo, José María.
La expresión de Maite es seria, incluso se pudiera decir que alarmada.
- Tranquila Ainoa, veras como llegan enseguida - le dice Maite a la madre de Irachu.
- ¿Qué es lo que ocurre? - interrumpe un preocupado Chema.
La matrona le indica con un gesto que se calle.
- Lo dicho, Ainoa. Ya verás como llegan dentro de nada. Además, si Arancha ha dicho que van a llegar pronto, es que van a llegar pronto. Menuda es nuestra Arancha para estas cosas. En cuanto lleguen nos llamas por teléfono, que mi Chema está empezando a preocuparse. Así que nada... Tenemos que quedar un día para que tu Ignacio conozca a mi marido. Que siii... Pues eso.
Cuelga el teléfono y tranquiliza a su marido. Va pasando el tiempo, y al dar las diez de la noche, el matrimonio empieza a inquietarse. Cuando deciden llamar a casa de Ainoa, suena el teléfono.
- Si.. Ainoa , ¿eres tu?. - La expresión de Maite se torna en espanto - . ¡Ay Dios mío!...¡Ay Dios mío!. Sí, sí, ahora mismo vamos para allí.
- ¿Qué ocurre? - dice un pálido Chema.
- A Ainoa le acaba de llamar la policía autónoma para que acudan al centro de planificación familiar que hace esquina con el banco.
- ¿Qué significa eso?.
- No los sé, Chema, no lo sé. Tenemos que ir ya mismo.
- ¿No tendrá algo que ver con los embarazos?. ¡Maite!, que ya te he dicho que era muy mala cosa murmurar de los demás. ¡Qué nos ha podido castigar Dios!.
- ¡José María , por favor!. No te pongas tremendo, que tu te pones muy tremendo - Maite intenta transmitir serenidad.
Después de vestirse decentemente van al garaje de la vivienda unifamiliar y salen dignamente de la urbanización en el BMW.
Cuando llegan al centro de planificación familiar se encuentran con Ainoa y su marido Ignacio que muestran una aparente calma. Uno de los problemas de este mundo es la comunicación. Les tocó un policía con no demasiado tacto y no les explicó que el centro no tiene nada que ver con el asunto. Aclarado el tema, y una vez que han quedado para hacer una buena comida con Ainoa e Ignacio, el Pater Familias y Maite vuelven a casa con una tonelada de aprensión menos sobre sus cabezas.
- ¡Tremendo!, ¡qué eres un tremendo!. Te lo digo siempre. Mira que pensar eso de nuestra hija...
Chema esta jovial. Realmente está exultante. ¡El susto que se ha quitado de encima!.
- ¡Ja, Ja!. Me río de los puros nervios.
- Claro - le palmea su esposa en el hombro - . Ya te comenté que posiblemente el retraso se debiera a alguna actividad del Campus. Por cierto, que conozco a los padres de Gorka, el monitor, y pensar mal de él es pecado.
- Ya mujer, pero podían haber llamado por teléfono.
- Es que no han podido después de lo que les ha pasado, que esa es otra. No pasa nada, pero es indignante que nos hagan eso. - Maite levanta severamente el índice.
- Sí. Bueno, al comisario le conoces, ¿no?. ¡Qué narices, Maite!, tú conoces a todo el mundo.
- No tanto, no tanto. Pero sí, a el comisario sí. Tu como eres de capital... Pero aquí , la buena gente nos conocemos todos. - Hace una pausa y prosigue - . Ese chico, el comisario, fue campeón nacional de Bersolaris. Si lo tienes que conocer...
Claro que a veces parece que vives no se donde...
- ¡Vaya susto tonto, pues! - exclama Chema.
Se miran, y después de sonreirse se abrazan contentos de que todo haya acabado bien. El fin de semana ya estarán las niñas y harán una fabulosa comida para las dos familias. Esta noche se conformarán con ver un programa de humor en la ETB.

EN OTRA CADENA DE TELEVISIÓN , EN CASA DE LOS MURCIANOS.

- “En la localidad Guipuzcoana de X., la Kale Borroca ha prendido fuego a un cajero automático y una sede del partido X. La sede del partido se encontraba frente a un centro de planificación familiar. En la sede ha sido encontrado un cuerpo sin identificar carbonizado. Se cree que pudiera ser un empleado del partido, pero los datos son inconexos. Fuentes de la organización X. han protestado por la detención de los jóvenes que presuntamente han llevado a cabo la acción. Eran tres personas que responden a las iniciales de A.E.U, I. A.G y G.U.U. Según nos cuentan, el Juzgado X de X se niega a admitir a trámite la denuncia por falta absoluta de pruebas...” -

14.10.05

VUELOS DE IBERIA



ESPAÑA

1931-2005

Alfonso XIV-1

Salió corriendo el Borbón,
camino de las Italias,
se fue deprisa hacia el mar,
dejandole el paso a Azaña.

Aunque ganó las elecciones,
caciquiles y floridas,
perdió en las capitales,
sus apoyos, sus queridas.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
al del desastre de Anual
le condenamos a muerte.

Azaña

Niño-pijo parlanchín
el disfrazado de obrero,
te creíste Delfín,
el vengador justiciero.

Labia hábil, muy fina,
petulante sin juicio,
una serpiente latina,
un vanidoso por vicio.

En Asturias creíste
que era mejor apuesta,
fingir que serviste,
a la plebe insurrecta.

Tu lo viste al final,
cuando la vida escapaba,
no fuiste General,
fuiste tonto del haba.

Te utilizaron a ti,
los que tu despreciabas,
- presidente di sí.-
la GPU lo ordenaba.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
al que creyó ser un juez,
le condenamos a muerte.

Largo Caballero

Ardor revolucionario,
obediente a Moscú,
desprecio al escaño,
el Estado eres tú.

En el estrado proclamas
sin la sonrisa perder,
que todo medio barajas
para tomar el poder.

Un Lenin de España
que como tantos creyó,
que existe un atajo,
para mandar como un dios.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
al del abrigo de piel ,
le condenamos a muerte.

Jose Antonio.

Comunista con escapulario,
el del peinado español,
socialismo de crucifijo,
los peligros del sol.

Profeta del estatalismo,
como su primo Benito,
el del nacional-sindicalismo,
el de los trajes bonitos.

A ti ya te dieron matarile,
antes de empezar la fiesta,
pero del juicio que sigue,
no te salva la guerra.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
al del acento francés,
le condenamos a muerte.


Héroes de retaguardia.

Ya moderado derecho,
yal zurdo burgués,
aplaca en río revuelto,
con mucha sangre su sed.

Por un rencor del pasado,
o ser un pobre diablo,
con poder te has tornado,
en un cabrón sanguinario.

Colaboración necesaria
a ambos lados del frente,
para en la guerra de España,
llenar las tumbas de gente.

El que en la vida civil,
fue tal vez tranviario,
¿quien lo pudiera decir?,
de aquel , el Notario.

Con cazadora de cuero,
en las cunetas de Iberia,
de excusa azul o rogelio,
se desahogaba la bestia.

A los responsables bastardos,
que permitieron la acción,
ya en un u otro bando,
por acción u omisión.

les condenamos despacio,
resurrección-castracción,
en bucle eterno y pausado,
hasta que nos nieve en Gabón.

Veredicto habemos pues,
no merecen mejor suerte,
a los cobardes de ayer,
les condenamos a muerte.

Franco

Oportunista graduado,
con la paciencia de hiena,
te situaste taimado,
para mandar en la guerra.

De tercero de abordo,
te colocaste el primero,
cuando cayeron los gordos,
les quitaste el sombrero.

represión y venganza
sobre quien no merecía,
los tiros de gracia,
que tu persona ofrecía.

Caudillo de España,
por la Gracia de Dios,
maldita gracia causaba,
el dictador español.

Reventaste en la cama,
entre tu sangre y miseria,
y de tu vida acabada,
surgieron héroes, veletas.

Los que estuvieron callados,
y se forraron contentos,
para ocultar su pasado,
la biografía: un invento.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
al defensor de la Fe,
le condenamos a muerte.


INTERMEZZO
Se que a algunos les gustaría, pero tras el fallecimiento del dictador se acabaron las sentencias a muerte. Sorry.

Arias

Franquista de bolsillo,
pegote de salón,
en tu corto camino,
apenas llegaste a bufón.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
el de “Franco ha muerto” fue,
una anécdota breve.

Suárez

Alquilifer del Movimiento,
con rapidez inusitada,
te transformaste al momento,
en democracia encarnada.

Ya le vale al buen Duque,
fue muy dura su jeta,
profesor “cum laÚde”,
en cambiar de chaqueta.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
al del antes-después:
¡A anunciar detergente!.


Leopoldo

Tras el golpe frustrado,
sin estar claro nada,
estuviste un buen año,
de presidente de España,

Te duró el Consulado,
sin Imperium, vacío,
lo que dura un petardo,
en las manos de un crío.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
al presidente veloz,
consideremosle ausente.

González

Isidoro de Sevilla,
el boquita de piñón,
amigo de gente fina,
y herederos de Perón.

Bien rodeado de honrados,
con unas manos tan largas...
Si ven un duro rodando,
lo atrapan con sus nalgas.

Desde la Expo hasta el Ave,
cualquier dinero sirvió,
para trincar sin pararse,
sólo por que alguien lo vio.

Se preocupó por el paro,
en el “Estado Español”,
lo cuidó con cuidado,
tal vez por eso creció.

Con la “Chanço de Roland”,
la cuesta abajo emprendió,
poniendo en medio a las jetas,
que una a una, quebró.

Cuando cayeron los diques,
se terminó la función,
pasó por poco el bigotes,
al frente de la nación.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
al de “cien años de”:
¡A restaurar taburetes!.


Aznar

Cejijunto de Castilla,
el del espíritu liberal,
el que decía que haría,
libre al Poder Judicial,

Se juntó con la pandilla,
del anterior mandamás,
para poner más anillas,
a todo alto tribunal.

Con la mirada bien fría,
al del pupitre de antaño,
con Telefónica haría,
de su capa cien sayos.

Privatizada una empresa,
un requisito probable,
era el tener la certeza,
de controlar al contable.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
al de “mire, mire usté”,
una fregona y un balde.

Zapatero

Un orador entregado,
que ampuloso decía,
que pasada la noche,
se abrirá paso el día.

El que creyó que el talante,
ante cualquier contratiempo,
es remedio bastante,
aunque no arregle el invento.

Gran General ilustrado,
con tal profundo pensar,
que descubrió con agrado,
que si son dos, es que es par.

Veredicto habemos pues,
no merece mejor suerte,
a este Confucio de a pie:
Una pelota y un Tente*.
(*Juego infantil de piezas para construir cosas).

Y si alguien se ofende
que proteste en Bruselas,
que le harán tanto caso
como al gusano de tierra.

¡Salud y al peo!

12.10.05

SPQR HISTORIA DE GLUTEO IV PARTE


He querido contar aparte la muerte de los familiares más cercanos de Nerón, acaso por que tuve algo que ver.
Apenas llevaba un año de emperador y Británico le miraba raro. Hay quien piensa que el primogénito de Claudio cuestionaba la legitimidad de Nerón, pero en el fondo su naturaleza hosca tenía motivos.
-Glúteo, mi pequeño pimpollo - me dijo una mañana - , tu le caes muy bien a mi hermanastro Británico, ya sabes que desconfía de mi. He pensado en ayudarle con una poción de mi invención en la que se equilibran los humores de forma que mejoran el carácter. Si tu le llevas el vino esta noche a su cuarto, no te costará nada administrarle mi remedio. Esta situación ya la había vivido.
Cogí la bolsita que me entregó Nerón y camino de la bodega tropecé derramando parte de su contenido. Sólo pude echar en la jofaina una cuarta parte de la dosis, pero aún así, hizo el efecto deseado.
- Hoy no esta Belusia para servirme - me dijo Británico con mala leche. No se de donde se sacó mi amo que yo le caía bien. También decía lo mismo de Claudio y éste me llamaba pódex.
- Belusia quiere aprender griego con el maestro Séneca, mi señor.
- ¿Quien lo iba a decir del puto viejo? - contestó con el tono más desagradable que pudo encontrar. Bebió un gran sorbo de vino directamente de la jofaina y se me quedó mirando con el rostro ceñudo.
No había pasado ni medio minuto cuando Británico salió corriendo hacia las letrinas apretándose el vientre. Por unos momentos pensé que los pasos de Nerón en pos de la sabiduría de los artes de la medicina emocional no fuera todo lo genial que yo pensara. Al cuarto de hora volvió Británico.
- ¡Hoy es el día más feliz de mi vida Glúteo!. Llevaba diez días sin cagar y de repente los dioses Lares me bendicen con el fin de mi sufrimiento.
A partir de ese día su humor fue inmejorable. Nerón me dio una gran reprimenda por haber puesto poca cantidad, ya que según él, es peligroso quedarse corto en la dosis. A la semana siguiente le di la cantidad correcta pero alguna otra enfermedad debió perforarle los intestinos y se desangró en cuestión de segundos tras
haber bebido el vino.
De la muerte de su queridísima madre yo y solo yo fui el culpable. Su hijo, en un afán experimentalista y científico le construyó una magnífica nave liburnesa para navegar por el Adriático. Quería compensar así el distanciamiento que les afligía por malentendidos políticos. Los malditos elementos la hicieron naufragar y hasta mi llegó la noticia de su muerte. Poco después, cuando fui al mercado en mi día libre vi a los esclavos de Agripina diciendo que estaba viva. Cuando se lo conté a Nerón se puso pálido.
- Esa no puede ser mi madre - me dijo -, todo el mundo vio como se ahogó. Es un espíritu del Hades que como en la leyenda de Trolidatres ha venido a burlar su memoria. ¡Guardias!, partiréis inmediatamente a la villa de mi difunta madre y le cortareis la cabeza al espíritu impostor que la habita.

En fin, cosas que pasan. Ya habían transcurrido diez años de su entronación y la inventiva de mi amo estaba llegando a su fin. Por entonces retomé la idea de librarle de su cuerpo mortal. El caso es que se estaba volviendo repetitivo y adquiriendo peor olor. Yo sabía que la causa de su decadencia era el cochino cuerpo humano. Ya no me dignaba con su presencia por las noches, para ello prefería a su secretario Epafrodito. El pobre parecía llevarlo peor de lo que yo lo hice antaño.
Obsesionado con los seguidores de una extraña religión oriental que decía que el hombre poseía un alma inmortal, hizo todo lo posible por adquirir una. ¡Pobre Nerón!, el ya era inmortal, ¿acaso no recordaba que era la encarnación de un dios?. Tendría que ponerle remedio y pronto. Además, sus actos estaban dando mucha publicidad a una secta que cada vez tenía más adeptos y que podría acabar con la grandeza de nuestros fabulosos dioses. ¡Un sólo dios!, ¡que locura!. Como mi amigo el liberto Teutro dice: “ Si te cagas en el dios del cielo, siempre puedes esperar la ayuda del dios de la tierra, o del río. Es difícil enfadarte con todos a la vez, pero estos tíos, si la joden con su dios... ¿Qué otro va a ayudarles?.”
En el circo, después de que las bestias acabaran con decenas de estos curiosos judíos, Nerón bajaba a la arena con un saco para intentar capturar almas. El pobre iba de mal en peor y repetía este tipo de ceremonias con más frecuencia.
Había vuelto a su vieja costumbre de salir por las noches para asaltar las tiendas de los mercaderes. No me llevaba consigo, pues la gente era cada vez menos comprensiva con sus arrebatos de artista y prefería hacerse acompañar por pretorianos. Una noche decidí seguirle para llevar a feliz término mi antiguo plan.
Nerón y los soldados habían ocupado una vieja taberna y se divertían con las cantineras. Yo desde fuera oía a mi amo lamentarse del olor y falta de estética de la ciudad de Roma. Lo tuve claro, prendería fuego a la taberna y mi amo se transformaría por fin en el dios que siempre debió ser.
- Estoy harto de esta Roma infecta - se lamentaba mientras tanto mi señor - , sus callejuelas y mal olor son al arte lo que tu cara a la belleza, decurión Aulo.
Si Zeus me diera una señal para ponerle remedio... He bebido demasiado, me voy fuera a mear.
Y allí estaba yo, con una antorcha en la mano y cara de circunstancias.
-¡Glúteo! - extendía hacia mi los brazos con alegría -. Siempre dije que tu eras el único que me comprendía. ¡Claro,! remodelaremos la ciudad con el fuego y construiremos una nueva y esplendorosa Roma. Mis pretorianos se encargaran, vayamos a palacio, desde allí disfrutaremos del espectáculo.
No era lo que yo tenía en mente, pero en poco tiempo el resultado si lo fue. Aunque le achacaron el incendio a la secta judía ( el pueblo no estaba preparado para aceptar la genialidad artística ), demasiada gente vio a los pretorianos prender fuego a las viviendas con antorchas. Todo fue cuesta abajo y la popularidad de Nerón cayó en picado. Volvimos a las andadas con conspiraciones e intentos de derrocar a mi amo. Poco después, tras un complot de un tal Pisón, mi amo se quiso volver a congraciar con Séneca.
- ¡Mi querido tutor! - recibió Nerón a Séneca.
- ¡Salve Nerón, la estrella que ilumina a Roma!.
- No seas sarcástico, se que en el fondo tu me entiendes. El pobre populacho no sabe el favor que le he hecho librándole de esas chozas tan horripilantes. La nueva ciudad emergerá más bella y con mejor olor.
- Estoy convencido de que miles de romanos te lo agradecerían personalmente.
- volvió a terciar Séneca de forma cortante.
- ¡Vamos, vamos!. No te he llamado para que nos enfademos. Quiero que todo vuelva a ser como antes. He tenido otra idea luminosa... No te alarmes, viejo maestro, se trata de una gira itálica promocionando el arte y la belleza. ¿Te acuerdas Glúteo de como nos recibían en Grecia ?.
- Si mi señor, la alegría era manifiesta a nuestra llegada y muchísimo más a nuestra partida por la felicidad eterna que supone haber escuchado el bello canto de Nerón.
- Ya lo oyes, Séneca. Te he incluido en mi gira por Italia para que me asesores en mis discursos, bailes , cantos, en fin, en todas mis manifestaciones artísticas. Para prepararlo todo tendremos que ensayar juntos durante horas y horas y a lo largo de días y días. Ahora que lo pienso, puede que meses.
La cara de Séneca adquirió una extraña expresión de alcachofa y aceptando la proposición pidió permiso para ir a su casa a por sus pergaminos. Todavía se ignora por que tomó con tanta rapidez la decisión de suicidarse.
Las malas noticias nunca vienen solas y un tal Vindex en las Galias y Galba en Hispania se rebelaron contra Nerón. Todo el mundo le dio la espalda. Solicitó dinero a los Senadores y hombres ilustres de Roma, pero nadie le tomaba en cuenta. Había oído rumores de que el populacho iba a lincharle y pidió ayuda a los pretorianos.
- Tan mala es la muerte, ¡oh mi emperador!. Es lo único que te queda por probar, después nos lo cuentas, ¿vale?. - le contestó un soldado que tuvo que soltarse de los brazos del dios que se aferraba a sus piernas.
Yo no podía resistir más el espectáculo y decidí convertirlo en dios ahí mismo. Fui a buscar un puñal y cuando volví el cabrón de Epafrodito, su secretario, se me había adelantado. El pobre sonreía con satisfacción como si se hubiera vengado de una antigua herida mientras se llevaba la mano al trasero. Pasaron los segundos y Nerón se convirtió en dios. Debió aburrirse de nuestro planeta, por que nunca se le volvió a ver. Como era un ser tan inquieto por adquirir conocimientos nuevos seguro que está en otros mundos experimentando.

11.10.05

SPQR HISTORIA DE GLUTEO III PARTE


Estaba dormido de tanto beber vino. Después de su boda con Popea, me esperaba una época de tranquilidad. Yo no había renunciado a desenmascarar la naturaleza divina de mi amo, pero no le hacía ascos a un merecido descanso.
Para divorciarse de Octavia, quiso que yo me acostara con ella, pero viendo que mi persona no era creíble por contar a pena once años, decidió que otro cargara con aquella misión.
- Estoy pletórico - me dijo Nerón, irrumpiendo en mi habitáculo de modo abrupto - . Creo que después de mis éxitos en Nápoles y Roma debería hacer una gira por la cuna del arte y el pensamiento.
Y así fue que la noche que creí poder dedicar al descanso la tuve que ocupar en todo tipo de preparativos. Al día siguiente, un ejercito de dosmil personas con los enseres más queridos de Nerón, poníamos camino a Brindisi para tomar las naves que nos llevarían a la Magna Grecia.
Quería sobresalir en todo y no se contentaba con los concursos de canto y poesía, también se creía un auriga consumado y gustó de participar en carreras de cuadrigas.
Sus éxitos como bardo eran morrocotudos. En cada ciudad que abandonábamos, el fervor religioso renacía con un ardor inusitado, ofreciendose tributos y sacrificios a todo tipo de dioses. Incluso se despertaron a aquellos, que como Atenea, son anteriores a la llegada de los propios Aqueos, los fundadores de todo lo griego y protagonistas de Homero en la toma de Ilion.
En una de las carreras en Olimpia, vi la oportunidad de desprender del cascaron mortal a mi divino amo. Se había empeñado en guiar un carro con diez corceles en la prueba. Yo quise ayudar un poco y serré los radios de las ruedas para facilitar el tránsito de mortal a divino de mi señor.
Nerón estaba exultante, su carro iba adquiriendo más y más velocidad. En una de las curvas salió despedido, pero con tal mala suerte que cayó en las gradas encima de una parturienta, provocandole la rotura de aguas y que diera a luz a su criatura. El divino Nerón se quedó un poco contrariado, pues cuando salió volando, creyó oír un rugido de satisfacción en el público, seguido de la decepción cuando se le vio ponerse en pie. Enseguida comprendió que realmente se trataba de un lamento reverencial ante su divinidad. No se cortó un pelo y volvió a montarse en el carro. Los radios de las ruedas eran endiabladamente resistentes pero con todo volvió a catapultarse en la primera curva y ante el asombro de todos fue a posarse sobre una camilla que llevaban en socorro de otro auriga. Mi amo desde la camilla hacía el signo de la victoria y se dio la carrera por terminada. Se le nombró campeón absoluto de la jornada y no me cabe duda de que fue merecidamente. Cuando los criados recogieron su carro, los puñeteros radios cedieron por fin. La escabechina que hicieron en esos pobres desgraciados fue de aúpa. ¡Lastima!, eso podría haber liberado la divinidad de Nerón de una vez por todas.
Celebró su éxito como corresponde a un héroe. Al desembarcar en Nápoles se hizo derribar un arco del teatro para que pasara desfilando su comitiva a su través. Otro tanto se hizo en Circo Máximo a su llegada a Roma.

Mi amo, para descanso de mi persona, cada vez estaba más interesado en un estudio sobre la sexualidad humana y sus reacciones. Por ello, la mayoría de las noches dejó de dignarme con su presencia y con su penetrante olor. Sus emanaciones eran como la carne putrefacta, pero es normal en un dios que ocupa de forma interina un cuerpo mortal. Al fin y al cabo, la carne se rebela ante tales destellos. Nerón lo probó todo, desde las reacciones de las Vestales , como la pobre Rubría, a la sutil caricia de las maquinarias más increíbles en los cuerpos de los prisioneros. También se metamorfoseó en animal, como si se tratara del propio Zeus, para experimentar con todo tipo de candidatos, hombres , mujeres, niños o bestias, las variantes venéreas más desconcertantes que pudiéramos imaginar.
Tiempo después quisó probar una herramienta de su invención para el afeitado.
- ¡Glúteo! - me dijo entusiasmado como un niño con juguete nuevo -. Mira que artilugio he construido, es el afeitador Nero Magnificus.
El cachivache tenía un aspa hidráulica llena de cuchillas. La verdad sea dicha, complicadillo era, pero pinta peligrosilla también. Yo hubiera querido que lo probara él. Si funcionaba, le dejaría un afeitado precioso en su barba de chivo: una pelusilla hisurta por parroquias con remolinos cojoneros. Si no, pasaría al mundo de los dioses. Claro, que por un momento pensé que la probaría conmigo. Menos mal que debido a mi edad y constitución soy muy lampiño.

- ¡Otra vez! - dijo el Cónsul Ático Vestino - Ya es la tercera vez que adelantamos los Juegos Neronainos, así no los van a tomar en serio.
- Pero es que muero de impaciencia - dijo Nerón - , además, se que mi público no puede soportar la espera.
- Estoy convencido de ello - tercio Séneca, con o sin imprudencia.
- Por cierto, Ático, hay un invento que quiero mostrarte.
El pobre Ático no supo apreciar el afeitador y murió desangrado por los cortes. Hay quién dice que mi señor se había encaprichado de su esposa, pero si se casó con ella, con bella Statilia, fue por no dejarla sola. No mucho antes, la segunda mujer de Nerón había tenido el mal gusto de morirse por no apreciar su cariño. Tal día ocurrió lo siguiente:
- ¡Nerón!, de donde vienes a estas horas y oliendo a cortesana.
- ¡ Mi querida y embarazadísima Popea!, vengo de ojear unas yeguas para nuestro futura heredero. - Al decir esto palmeó la barriguita con cariño. Bueno, puede que tomara carrerilla desde el fondo de la sala, pero la emoción ya se sabe. En fin, descanse en paz.

Una de las personas que fueron ampliando el círculo de incomprensión que se cierne sobre los genios fue su madre. Ella siempre había tenido mucho ascendiente en él. Desde niño lo mima mucho y le hacía cosas que le daban mucho gustito. Claro, que conforme Nerón fue probando las mieles del poder, que cada vez le daban más capacidad y autoridad para realizar sus experimentos a su antojo, menos margen de mando le quedaba a su malacostumbrada madre.
Desde el principio se formó una especie de Triunvirato de incomprensión entre su madre Agripina, su hermanastro Británico y su antiguo tutor Séneca. Ahora prefería la compañía de Petronio que era más festivo y lúdico que el estoico y soso Séneca “Senectus, seniles”. Hacía años que tuvo lugar la muerte accidental de Británico. A partir de aquí, se desencadenarían una serie de acontecimientos que acabarían de forma trágica. Y es que los genios nunca fueron apreciados en su época.

10.10.05

SPQR HISTORIA DE GLUTEO II PARTE



Durante una hora nadie se atrevió a tocar el cadáver de Claudio. Por fin Agripina se puso en pie y dando palmadas ordenó a los criados que limpiaran la sangre y llevaran a su difunto marido a su lecho.
- Nerón, ya lo has oído, el emperador te nombra sucesor puesto que la labor de Británico es restaurar la República. - le dio un ataque de risa y aprovechó las lágrimas para avisar a la guardia.
La Guardia Pretoriana estuvo velando toda la noche, a la mañana siguiente acompañaron a Nerón con su madre y mi persona al Senado. Los senadores, podridos por el largo tiempo de agachar la cabeza ante los soberanos, rindieron toda clase de honores a mi amo. No le hicieron Padre de la Patria por que todavía era muy joven. Mi señor no les guardaría rencor por aquello, aunque inexplicablemente muchos fueran encontrando la muerte en el futuro. Séneca, un estoico íntegro como nadie, y a la sazón tutor de mi amo, ungió con unos nada fingidos parabienes la era de esplendor que se extendía ante Roma.
Perdono deudas, repartió trigo e incluso cuatrocientos sestercios por cabeza entre el pueblo. Si luego la codicia provoco un repunte inflacionista que arruinó a muchos, fue culpa de la maldad del espíritu humano.
Ademas de inquietud científica, mi amo siempre fue un artista. Por desgracias que no vienen al caso, fue instruido por saltimbanquis o gente de la farándula en su niñez, hasta que el buen Claudio le restituyó los bienes de su familia. Tocaba la lira con maestría, recitaba el griego como un oriundo de Atenas y gustaba de representar obras de teatro que ponía en escena a su manera.
Hizo traer a Terpno, el mejor arpista de la época para que tomara parte en su educación. Y así pasaron los primeros meses de su reinado.
- Terpno, ¿no es verdad que mi voz puede competir con el mejor bardo de la Galia? - le preguntó Nerón.
- Por supuesto, es digna de los dioses.
- ¿Has oído Séneca?. ¿Creéis que podría debutar en el teatro de Nápoles?.
Séneca estaba en el extremo más alejado de la sala golpeandose la nuca con una preciosa columna corintia traída de Alejandría. Junto con otra, soportaban el peso de un falso friso en el que se representaba a Vulcano poniendo los grilletes a Prometeo para su eterno castigo. Séneca siempre se sentaba en ese lugar cuando mi amo nos deleitaba con su arte.
- Ese día - dijo Séneca con voz solemne - temblarán los cimientos de la tierra por el asombro de los dioses.
- Entonces no hay más que decir. Mañana saldremos de incógnito para Nápoles.
Aquella noche vino a mi habitáculo y mientras me utilizaba para apagar sus ardores divinos me iba deleitando con todos y cada uno de los versos y cantos que regalaría a los napolitanos. En mitad de una fantástica oda al dios Pan entró su madre.
- Nerón, no crees que ya eres mayorcito para jugar por las noches con Glúteo. Octavia se queja de que tiene que dormir sola y tu debes cumplir tus obligaciones como emperador.
- Madre, no seas aguafiestas. Glúteo es el que mejor entiende mi arte.
- No, si tu madre tiene razón, deberías compartir tu sabiduría con los demás.
Y en efecto lo hizo. Compartió en mi habitación con su madre la sabiduría que había compartido conmigo. A partir de entonces, Agripina sería participe de su arte con mayor frecuencia que su esposa Octavia. A la dinastía claudia le viene de familia eso de ser cariñoso con sus parientes próximos. Agripina, después de convivir con su hermano Calígula, estaba curada de espanto.
La comitiva en la que viajábamos estrictamente de incógnito, con sus cien carretas , doscientos soldados y demás fauna, entró en Nápoles bajo un lecho de flores que la ciudadanía tiraba a nuestro paso de forma espontánea. El teatro estaba rebosante de público y los competidores eran despedidos con discretos aplausos. Desde el medio día hasta que empezó a oscurecer, mi amo enlazaba su poesía con cantos surgidos de la más bella y divina inspiración. Tocaba la lira con un estilo moderno que desafiaba la escala musical pitagórica y nos catapultaba al éxtasis con tonalidades que jamas humano alguno pensó que fueran posibles de ejecutar. En mitad de uno de sus más agudos chillidos llenos de arte, cuando imitaba en una canción pastoril el suave mugido de un buey lamentandose por no poder satisfacer a su amada, se materializó la profecía. Como el sabio Séneca había anunciado, el escenario tembló y los dioses bramaron de satisfacción. La plebe, inculta e ingrata, pensó que se trataba de un terremoto. Los desagradecidos que intentaron salir, desairando al artista, se encontraron con el justo y merecido acero de la guardia que los volvía a empujar hacia adentro.
Haciendo caso omiso de los temblores de tierra, mi amo siguió regalándonos con su magnificencia hasta que volvió a despuntar el alba. Finalmente la gente comprendió, pues dicen que cuando nos marchamos, hicieron sacrificios en todos los templos como acción de gracias. Ni que decir tiene que el jurado nombró a Nerón campeón absoluto de todos los tiempos, colmándolo de condecoraciones.

Como gran artista que era y solo por experimentar, quiso ponerse en la piel de salteadores de caminos para poder escribir una tragedia sobre las aventuras y desventuras de un ladronzuelo. Por la noche, acompañados de esclavos provistos de porras, representábamos el guión al dedillo. Entrábamos en las tiendas de los mercaderes de Roma destrozando, golpeando y dándonos al pillaje. Después, con el fruto de nuestras salidas nocturnas, subastábamos los bienes entre patricios y comerciantes. Muchos de ellos reconocían sus pertenencias, pero como sabían que mi amo lo hacía por puro afán artístico, no rechistaban lo más mínimo. Al menos, jamás se conoció a nadie con vida que lo hubiera hecho.
En una de esas salidas unos mercaderes resabiados y sin juicio, la emprendieron a pedradas con nosotros. Mi buen amo protegía mi retaguardia con tal eficiencia, que todas las piedras me dieron en la cara y ninguna en el culo. Allí tome plena conciencia de que en el cuerpo mortal de Nerón se ocultaba un Dios y no un hombre. A partir de ese día me comprometí a librarle de tan mezquina envoltura que , por modestia, se negaba a abandonar. Cuando destruyera su cuerpo mortal, su divinidad iluminaría el mundo.

8.10.05

SPQR HISTORIA DE GLUTEO I PARTE



Mi nombre es Glúteo, me lo puso mi amo al nacer, bendiciéndome con el nombre griego en todos sus sentidos. Esta es una historia sobre mentiras y calumnias hacia un hombre de ciencia y el mayor artista de todos los tiempos. El sacrificio y el estudio fueron sus motores. La posteridad, perversa e ingrata, pudiera confundir las enormes virtudes de mi señor, con los más espantosos vicios.
Yo tenía pocos años entonces, pero ya era el favorito de Nerón. Siendo todavía emperador el venerable Clau-clau-claudio, el ansia incansable de saber y el amor por el conocimiento, le llevaron a mi amo a poner en práctica un experimento. Fascinado por la naturaleza, en la que las fuerzas opuestas se contrarrestan, decidió probar un remedio homeopático con su padrastro.
- Mira Glúteo - me decía - , esta variedad de seta provoca parálisis, pero a mi padrastro no le afectará mucho por que ti- ti-tiene la len, la len-gua medio acostumbrada a ello. Esta otra provoca locuacidad antes de matarte, pero como Claudio parece tener vitalidad para vivir mil años se quedará sólo con los efectos positivos. Así, a partir de mañana, el emperador será un orador digno de la dinastía de los Césares.
Cociné yo mismo una mixtura de esas setas en mi habitación. Como favorito de Nerón tenía mis privilegios y derecho a un habitáculo, no las salas comunales de la servidumbre. Allí permanecería perenne el fuerte aroma de mi amo. Como una señal de bendición de los dioses, Nerón emanaba un fuerte olor. Sus cabellos rubios peinados al estilo de las hetairas griegas le conferían un aire olímpico y sus ( para sus enemigos ) escuchimizadas piernas, eran un tributo al arte Jónico y la delicadeza.
Como corresponde a un dios, su oronda barriga era marca de su importancia, no de su glotonería, como dirían los maliciosos.
Cuando tuve preparada la mezcla, me acerqué a las cocinas. Sabía que Claudio desconfiaba de toda la servidumbre, pero a mi no me tenía en cuenta. Antes de un banquete, el emperador llevaba a los catadores de comida a su lugar de preparación. Cuando quedó satisfecho, dejo a cargo de las viandas a un esclavo suyo de confianza. Yo me limitaba a remolonear por ahí.
- ¿Qué haces aquí, pódex ( asshole en latín)? - me dijo Claudio.
Yo llevaba el cuenco de setas y puse en marcha el plan de Nerón.
- Mi amo Nerón me dijo que le llevara tus setas para ponerle unos condimentos especiales de Siria para sorprenderte, oh gran Claudio.
- Pues déjalas aquí. No me gustan las sorpresas. - Claudio me arrebató el cuenco y las miró con deseo. Le encantaban las setas.
- No me llamo Pódex, me llamo Glúteo. - Le quise puntualizar altivo.
- ¡Ve-vete de aquí, culo, ve-vete con tu culo a otra parte!. Esta discusión me ha dado hambre. Vamos a cenar. - le anunció a su criado.
En la sala de banquetes estaba toda la familia reunida. Claudio llevaba en sus manos el cuenco de setas. Pensó que puesto que yo tenía la orden de enviarselo a Nerón, era el único alimento que todavía no había sido manipulado.
- ¿No crees que es poco romano utilizar a un esclavo medio desnudo para apoyar los pies? - le preguntó Claudio a su hijastro mientras comía con deleite sus “saludables setas”.
- A Glúteo le gusta - contesto Nerón.
- Culo no se atrevería a lle-llevarte la contraría, como hombre importante de Roma, tienes que comportarte de una manera más seria.
- Deja al chico en paz - interrumpió Agripina, la madre de Nerón y esposa del emperador - , hace poco que viste la toga viril y no tienes que ser tan severo con nuestro pequeñín.
- ¡Que, ppppp!. - por un momento pareció que a Claudio le iba a estallar la cabeza - ¡Agripina no me jodas!, ese hijo tuyo hace años que tiene pelos en los huevos. - Repentinamente se puso en pie y dijo:
- ¡Heliodógenes!, saca el mejor vino y tira por la letrina este veneno del Rinh.
El experimento del artista parecía funcionar. La parálisis perdió fuerza y el emperador paseaba de un lado a otro de la sala como si tuviera veinte años.
El criado llegó con una gran ánfora de vino griego resinoso que es lo que Claudio entendía por buen vino. Llenó una gran copa y tragó su contenido al estilo bárbaro, sin diluir ese vino de tanto grado en agua.
- Hace mucho tiempo - puso tono de gran orador tras haber bebido media ánfora -, el divino Julio destruyó a la República.
- Ahora vuelve con sus nostalgias republicanas - le susurró Agripina en voz baja a su hijo Nerón.
Claudio levantó el dedo incide con severidad y prosiguió.
- Julio siempre dijo que no quería ser Rey de Roma, pero se apropió de todos los poderes e hizo de las instituciones romanas un simulacro, una pantomima.
- ¿Acaso eran mejores los Catones, Cicerones y ese payaso de Pompeyo? - interrumpió con ironía su hijo Británico.
- Me duele mucho que digas eso, hijo. Si, eran unos bobos, unos hipócritas y unos malnacidos. - hizo una pausa para tomar aliento - . ¡Como todos nosotros!. En la República, los imbéciles, los tunantes, los soplagaitas y la escoria prosperan, es cierto. Pero cabe la posibilidad, aunque sea de casualidad, de que las altas magistraturas, de forma eventual, se vean ocupadas por hombres con un mínimo criterio.
- No reconozco a tu padre - le comentó en voz baja Agripina a Británico.
- Yo, Claudio el lelo, el tartamudo, el idiota, he visto lo que una dinastía puede ofrecerle al mundo. He visto como mi tío Tiberio, el hermano de mi padre el gran Druso, era carcomido por el virus de la monarquía y convertido en un ser infame y dado a todos los vicios. Tiberio, que era un gran militar, se fue transformando en el hombre vengativo y ruin que Roma recuerda. Si la historia es benévola con él, se debe a su última fechoría. Si, la de nombrar heredero a su sobrino-nieto Calígula. Lo hizo de forma consciente para martirio de Roma. Sin embargo, a pesar de haber sido criado en parte por las influencias de Tiberio, los comienzos de Calígula parecían esperanzadores. El pueblo le quería, no en vano era hijo de Germánico. Los soldados le dieron el sobrenombre cuando se ponía las botitas militares acompañando a su padre en las campañas de guerra; estaba muy gracioso con esas cáligas diminutas.
Poco a poco, la podredumbre se fue abriendo paso y lo peor de los claudios fue saliendo a la luz: El incesto, la crueldad, la desconfianza, el asesinato. Si, reinó pocos años, pero tuvo tiempo de realizar todas las ofensas posibles a la dignidad romana. Prostituyó a mujeres senatoriales, hizo senador a su caballo Incitatus y ...
- realizó una pausa para mirar malévolamente a su esposa - , si, y posiblemente te hizo a ti su potranca, como al resto de tus hermanas. Que yo sepa, tu hermano se acostó con todas vosotras. Eso es lo que opinaba del Senado del Pueblo de Roma tu querido hermano.
- A los senadores no pareció importarles mucho, puesto que se sometieron. - Dijo Agripina, sin entrar en detalles sobre lo que le atañía personalmente en relación a su difunto hermano Calígula.
- Estáis desvariando Padre, me voy a casa, no quiero pasar más vergüenza a tu costa. - Británico abandonó la sala a grandes zancadas.
- No entendéis nada, pero da igual. Yo, Claudio el cobarde, el que no quería ser emperador cuando la guardia Pretoriana le sacó de detrás de un tapiz; el que accedió a la corona para salvar su vida y el sueldo de la guardia, voy a enmendar el error. Aquí en mi toga, oculto un pergamino con mi verdadera última voluntad. Sí, restauraré la república. Sí, mi hijo comprenderá, el puede ser un elemento clave para la restauración. Hoy se ha ido enfadado pero comprenderá.
La mirada de Claudio se quedó fija en el plato de setas y poco después mirando hacia abajo, donde yo servía de cojín a los pies de Nerón, pareció comprender que su cena había sido previamente condimentada, después de todo. Un gran vómito negro empezó a brotar de su boca ante la mirada fascinada de mi amo. El éxito había sido rotundo. Durante unos minutos, el emperador fue locuaz y ágil, pero la naturaleza envidiosa del triunfo de un genio como Nerón, quiso truncarlo, llevándose la vida de su padrastro.
Este fue el comienzo de la labor de un hombre inquieto ante los retos del cosmos y comprometido con el arte y con la ciencia.

3.10.05

NIÑO EXTRAÑO



En el jardín de la masía del abuelo, la nieta se pasea sin bragas bajo su faldita plisada. El primo Antonio es un niño huraño y apocado. La espía desde los arbustos asomando el cabezón. Natalia sabe que la observa y se contonea como bailarina rusa adscrita al Stolisnaya.
Por la mente de Antoñito pasan ideas raras, ideas oscuras. Piensa en los enemigos. Ellos le odian y algún día pagarán por todo. Mientras tanto, le llama la atención que entre saltito y saltito , a Natalia se le vean sus posaderas desnudas. Tienen la misma edad, unos doce años. Realmente, no se sabría decir si Antoñito aparenta su edad o no. Por un lado,con su aire subnormaloide le daríamos ocho, por otro, su hosco comportamiento le sumerge en la ancianidad.
No hay nadie más en el jardín. Sus padres están en Madrid por negocios. El abuelo se ocupa de cuidarle. El hermano de su padre, el que es progenitor de su prima Natalia, está en la casa con su mujer, unos amigos y el abuelo. La madre de Natalia es una francesita muy guapa que se llama Marie.
Antoñito sabe que las hormigas cumplen un plan oculto, y sabe también que las hojas de parra son espías que nos siguen cuando nadie las ve. Como los mayores no hablan de esas cosas, está convencido de que todo es un complot para aislarle o fruto del miedo. Luego fingen no ser partícipes de estas verdades de la vida y cuando entre llantos les cuenta que las hormigas están succionando su vitalidad, se ponen furiosos con el. Dicen que no ande con tonterías, que no sea tan extraño. A lo mejor es verdad, puede que sea raro.
Natalia está junto al nogal. A principios de octubre los higos están ricos, pero los de las ramas bajas ya se los han comido.
- ¡Toñin! , ¡Toñin! . Sal de los setos y ven - le llama su primita.
Antoñito desconfía. Sabe que es por su perplejidad perpetua ante los absurdos del universo, la causa de que le tomen por raro. También intuye que los demás conocen lo que pasa, pero son unos hipócritas que les da vergüenza reconocer tanto su ignorancia, como la incomprensión del mundo. En fin, su propósito hoy es comportarse con normalidad, así que acude a la llamada de Natalia.
- Toñin, ayudame a subir al árbol para coger higos, veras que ricos.
Antoñito le responde mentalmente: “vale”.
- ¡Venga, no te quedes como un idiota y empujame hacia arriba! - Su primita coloca un pie en un nudo del nogal y hace intentos de impulsarse. Su primo le aúpa por la cintura primero pero después la tiene que impulsar agarrando sus nalguitas.
- ¡Con más fuerza, que no me voy a romper!.
Los pies de Natalia están a la altura de su cabeza y por entre sus piernas se le ve hasta la campanilla. - Si, hoy a la prima se le han olvidado las bragas, ¡que chica más despistada!- piensa. Al bajar se le engancha la falda en una rama y cae al suelo desnuda de cintura para abajo.
- Toñin, sube a por mi falda antes de que nos vean. Yo te ayudo.
Mientras su primita le ayuda a subir piensa en que quizás esta sea una oportunidad para comportarse con normalidad. Además su prima le ayuda muy mal a subir. En vez de sostenerle por atrás, le esta agarrando de la entrepierna y provocandole ganas de hacer pis o algo. En fin que se nota raro. Decide dejar de intentar subir y hacer lo que la gente hace en esas ocasiones.
Sin mediar palabra logra zafarse de su prima. La agarra por la cintura y se acomoda en un banco del jardín. Su primita está sobre sus rodillas entre risitas y falso cabreo con el culito en pompa. De una vez por todas se decide. Con firmeza empieza a palmearle el trasero.
- ¡¿Que haces tonto?! - Se queja de mentiras Natalia.
Antoñito no dice nada. Sigue con su plan de persona normal. Lo que ocurre es que poco a poco va pillándole el gustito a eso de los azotes y se va obcecando, golpeando con más y más fuerza. Su prima le ha dicho con voz más seria que pare, que ya está bien, que le está haciendo daño. Pero el lo ha oído entre brumas, ha entrado en una especie de trance.
- ¡Toma zorrita francesa! - farfulla Antonio.
- ¡Socorro!, ¡Mamá! , ¡Socorro! - Natalia a estás alturas está ahogada por el llanto. Tiene el culo como un tomate y su primo parece haberse vuelto loco. La golpea con toda su alma y de forma rítmica, como si tocara el bombo en Semana Santa.
Toda la casa a salido al jardín a causa de los gritos. El abuelo le aparta de la pobre niña y le da dos sopapos que le hubieran tirado al suelo de no ser por que el segundo equilibró el primero.
Antoñito se encuentra más perplejo que dolorido por los bofetones.
- Abuelo - dice Toñin - , yo quería ser normal. Pensé que cuando alguien se queda sin ropa de cintura para abajo había que conjurar a las bestias batiendo el pompis desnudo.
- ¡ Tu que chorradas dices desgraciado ! - grita su colérico abuelo mientras lo zarandea.
- Lo que hacías el otro día con la tía Marie , que conjurabas a las zorras dándole en el culo y diciendo: “¡Toma zorrita francesa!, ¡Toma zorrita francesa!”. - Antonio está convencido de haber dado la respuesta correcta.
- ¡Este crío! - dice volviendose a los invitados - . Ha tenido hace poco el sarampión y para mi que sigue febril.
- Son diabluras de niños - dice la señora Prats, la boticaria de Tremp. Lo raro es que la media sonrisa burlesca se la dedica al marido de Marie en vez de Antoñito.

A Toñín se le han puesto los carrillos como dos pelotas de tenis. Ahora está convencido de que los mayores fingen no saber lo que ocurre en el extraño universo que nos ha tocado vivir. El vio perfectamente a su abuelo conjurar a las zorras en el pompis de su tía, es más, después agarró la cabeza de Maríe y colocándola en su tripa conjuró a las hadas de los techos. Si, incluso pronunciaba mantras: - ¡Aaaaah!, ¡Ooooh!, ¡Ñeeeeeee!...
Pero ahora lo sabe, sabe de su hipocresía. Esta misma noche, cuando todos duerman, les sacará la radio mercurial que ocultan tras sus gargantas. Con todas juntas tendrá el poder suficiente para apartar definitivamente a los enemigos. Luego se lo agradecerán. Seguro que por la mañana, cuando despierten, se atreverán a hablar sin miedo de esas cosas que todo el mundo conoce. Lo que ocurre es que se asustan por que los enemigos están rondando. El les salvará, les salvara a todos.