30.1.06

LEYENDAS DEL HOTEL RIVERSIDE DE PRAGA

124849
En una colina de Moldavia. Tiempo presente.


En la colina pelada, la lluvia remueve las tumbas del pasado. Dimitru Serebian vuelve la mirada hacia el cuatro por cuatro, pero deja sus paranoias a parte; allí no hay nadie. El Dniester se intuye a lo lejos, no tanto por que sea visible tras la espesura, como por el olor de la saludable y nueva empresa química del cuñado del “camarada” Tarlev. Dimitru votó por el Bloque Democrático, pero el peso de la vieja guardia del Partido ( el antiguo PCUS ruso ) tiene todo atado y bien atado en una de las más pobres ex-repúblicas de la URSS. ¡Grandioso futuro el de Moldavia!, piensa mientras sigue cavando. No entiende como no se han reunificado con Rumanía tal y como fue reconocido tras la Primera Guerra Mundial. Después todo fueron atropellos y “hechos consumados”. En el fondo, como dice su abuelo, no debería darle vueltas a asuntos políticos que le pueden traer sólo desgracias y ninguna recompensa. Mientras sigue dándole a la pala en el lugar indicado por su “cliente”, piensa en lo que le ha ocurrido al desfigurado líder ucraniano por oponerse a los pro-rusos. El pobre, que se parecía a Alain Delon, hoy es primo de Freddy Kruger. Bueno, por lo menos ya no es obligatorio el endiablado alfabeto cirílico, los pro-rusos se conforman con mandar. Además, el pueblo rumano-moldavo ha perdido los cojones: no fueron capaces de organizar una guerra civil como Dios manda... ¡Bah!, unas escaramuzas de mierda y ya está.
El Profesor Ludendorff le dijo: “ recoga usted todo lo que no sea tierra del lugar que le he indicado, es sencillo. “. Dimitru maldice a todos los científicos locos y caprichosos. Lleva varias horas dale que te pego con la pala y de momento sólo hay tierra con olor a podrido. Cuando está a punto de renunciar, y muy a su pesar, puesto que si no hay “botín” no hay dinero, encuentra lo que parece ser la parte superior de un baúl de viaje de vete a saber cuando. Efectivamente, es un baúl. Dimitru lo tendrá que cargar a pulso en la parte trasera del Lada. “La verdad es que salieron buenos estos coches” - piensa -. Las instrucciones del Profesor eran que buscara todo lo que pudiera haber en un radio de cinco metros. Le han debido tomar por una empresa de obras públicas. No obstante, sigue con su búsqueda no cosa no satisfaga al Ludendorff de los cojones y se quede sin cincuentamil euros. “¿Porqué pagaría nadie semejante fortuna por unos trastos viejos?.
Está despuntando el alba y no han dejado de aparecer cosas, la mayoría inútiles e inservibles. Hay trozos de tela, huesos de animal, latas de conserva y madera podrida. Cuando cree que ya ha terminado se topa con lo que parece una lápida, después van apareciendo más junto con todo tipo de restos humanos. Dimitru se desespera y decide hacer esa llamada por el móvil a la que está autorizado sólo en caso de verdadera necesidad.
- Profesor Ludendorff , soy Dimitru., tenemos un problema.
- ¿Qué ocurre?. Le dije que no me llamara, las autoridades de su país pinchan sistemáticamente todas las llamadas y mi misión es de vital importancia. No sabe hasta que punto.
- Tranquilo, Profesor Paranoias. Son tan torpes que al intervenir todas no pueden fijarse en ninguna. Se lo dice un ex-guerrillero que nunca fue capturado.
- Bueno, ¿qué es lo que ocurre?.
¡Pi-po-pi!: “El teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura”.
- ¿Profesor?, perdone, pero en Moldavia las comunicaciones no son nuestro fuerte.
- ¡Nada hombre!. Usted siga llamando, tal vez consiga que alguien se fije y la jodamos.
- Iré al grano - Dice Dimitru - Esto parecen los restos de un cementerio. Debe ser de cuando reformaron campo santo de Slobozia. A parte de un baúl sólo hay lápidas y huesos. Toda esta mierda no cabe en mi coche.
- Tengo que asegurame de que está ahí lo que busco - murmura con voz trémula Ludendorff . ¡Vale!, nos la jugaremos, si están tras mi pista, están tras mi pista. Abra el baúl.
- Hay ropas viejas, un cuaderno de la Universidad de Kazan año 1888 y una petaca de plata con un águila en relieve.
- ¡Sabía que fue él!. Mire si aparece el nombre de Mihail Saratov por alguna parte.
- Si, en la primera página del cuaderno tiene puesto el nombre. ¿Quien era este tipo?.
- No le pago por hacer preguntas. Cierre el baúl, asegurese de que la petaca va dentro y no la abra, tendremos que hacerle unas pruebas forenses delicadísimas. Nos vemos en el punto de encuentro.
- ¡La leche!, si no le llego a llamar cargo mi Lada con medio cementerio.
- Dimitru, me tenía que asegurar que bajo ningún concepto perdiéramos ninguna pieza importante. ¡No se de una piña con el coche!. Ahora que lo tenemos no la cague y cobrará lo suyo. ¿Paniemayo?.
- ¡No me hable en la lengua del imperio, cabrón! - a la mierda el respeto, uno tiene dignidad -. Ya voy para allí.




Enero de 1887, Sala de estudio de la Escuela de Leyes de la Universidad de Kazan.

Un joven delgado y fibroso de profundos ojos marrones se deleita en las luces del crepúsculo que paulatinamente van dando paso a la oscuridad como fuerza reveladora. Su mirada, un cruce entre lo que podrían ser unos ligeros rasgos asiáticos, o bien una ceñuda concentración, no repara en el el otro joven que tal vez con devoción, y quien sabe si algo más, se ha sentado a su lado.
- ¡Vladimir Ilyich Ulyanov, queda usted detenido en nombre del Zar!.
- Ah, Mihail. Tienes que practicar más si quieres asustar a alguien. Además, no te has presentado correctamente. Me tendrías que haber tirado al suelo primero - el rostro de Vladirmir se torna sombrío - y después de golpearme con la culata del fusil, anunciar educadamente mi detención mientras me presionas con tu bota en el cuello.
- Lo siento, no quería recordarte lo de tu hermano. Quería hablar contigo. - El, por lo común, risueño Mihail, tiene ahora una expresión más madura.
- Estás muy serio Mihail, ¿de qué quieres hablar?. -le dice Vladimir.
- Te van a acabar echando Vladimir. No sigues el camino correcto y de ese modo nunca triunfará la Revolución. Si me escucharas...
- ¡Por favor, Mihail!, no empieces otra vez. Yo soy ateo, no entiendo tu mística. Hay que hacer lo que hay que hacer, te lo he dicho mil de veces. El triunfo de la revolución está cerca, lo sé.
- El problema es que no escuchas, Vladimir. No tienes que creer en nada, simplemente saber que funciona. Mi madre era sirvienta en una familia de rancio abolengo de Königsberg. Allí...
- Sí - le interrumpe Vladimir -, ya me lo has contado, siempre la misma cantinela y no: no voy a ir a Prusia, colarme por la chimenea como un vulgar ladrón y hacer caso de tus estupideces. Me caes bien - dice con una sincera ternura -, pero de verdad, con tu pose religiosa nunca serás un buen revolucionario.
- Tu eres la mejor persona que he conocido, Vladimir. Eres el más indicado para cambiar el mundo a unos niveles de tal esplendor que ni el Mesías podría lograr. Pero te falta Fe y sin ella no triunfaras jamás. Algún día estarás solo y desesperado. No te preocupes Vladimir, yo estaré allí cuando creas que es demasiado tarde. Entonces creerás.
- Vale, vale, Mihail. Mira, te aprecio, de veras que te aprecio. No en el sentido que lo haces tú - al decir esto, Mihail se siente descubierto y embarazado. Su homosexualidad es evidente, pero creía que más discreta - , pero me caes bien. La revolución triunfará por la fuerza de la razón y no a través del Opio del Pueblo.
- Para no ser religioso eres muy doctrinal - replica con cierto resentimiento Mihail.
- Y tú para ser tan místico tienes la boca muy grande. Si estas dispuesto a seguirme ve haciendo las maletas. Pienso ir adelante en mi idea de la asamblea a favor de la libertad de expresión y no creo que el rectorado lo soporte. Mis días en Kazan están contados.
A Vladimir le cae realmente bien su amigo Mihail. No es una amistad para compartir con sus contactos políticos. Un místico homosexual no es la mejor tarjeta de visita en los ámbitos revolucionarios. De todos modos, Mihail no le conoce a fondo. El centro de su corazón está colmado de un odio brutal al género humano y al pueblo ruso en particular. Ellos le arrebataron a su hermano y ni siquiera tiene el consuelo de maldecir el nombre del tirano Alejandro III. Su hermano, que también se llamaba Alejandro, fue colgado por el “delito” de participar en una trama que no quería otra cosa que librar a las rusias de ese maldito Zar.

Siglo XIII A.C, en las llanuras de Ilion.

El ejército Aqueo golpea con la rabia del martillo de Hefesto contra su yunque: las tropas Troyanas.
En el fragor de la batalla, Eneas se siente víctima de una traición. Parte de los soldados del buen rey Priamo van dejándolos solos entre un mar de griegos. Su compañero Pándaro, que va junto a él en el carro de guerra, advierte su aprensión.
- ¿Qué es lo que ocurre?. Que ningún Argivo pueda decir que los hijos de Ilion tenemos miedo, ¿no somos acaso los favoritos de Zeus?.
- Los dioses son caprichosos... Me huele a encerrona.
Diomedes , que había pagado bien a la soldadesca de Eneas para que se lo dejaran a su merced, ve como si por un lado son traidores a su patria, por otro, permanecen fieles a la palabra dada ( eso sí, cubierta de oro). Con una rabia desconocida, lanza su jabalina contra el hijo de Afrodita, pero un golpe de viento hace que alcance a su copiloto Pándaro. Bueno, no deja de ser una buena pieza.
Eneas defiende con furia el cadáver de Pándaro. Nada le gustaría más a los salvajes Aqueos que mancillar el cuerpo de un notable troyano arrastrandolo con sus propios caballos. Sí, unos caballos dignos de los dioses que no está dispuesto a ceder, salvo que le cueste la vida. Más de quince griegos mueren por la espada del colérico Eneas. Sus corceles, asustados, hacen volcar el carro y son vulnerables. Eneas parece multiplicarse para defenderlos de la codicia de la soldadesca Argiva que mataría por conseguirlos. Diomedes, viendo que Eneas está rodeado, decide acercarse para darle el golpe de gracia. En ese momento, un estúpido troyano se le interpone en su camino. De un mandoble le parte el cráneo, pero su espada se quiebra. No le arrebatarán la gloria. Agarra un pedrusco y lo arroja a la cabeza de Eneas, pero la serpiente escurridiza hace una finta, a pesar de la cual, es herido en la cadera. Quebrado su fémur, Eneas cae al suelo y ve como Diomedes, que se ha hecho con una lanza, se le acerca relamiéndose los labios.
La negrura se cierne sobre Eneas. Diomedes levanta su arma y cierra los ojos de placer cuando arremete contra el caído. Para su sorpresa, nota como la punta golpea con el duro suelo. En una nube ve a la maldita Afrodita que arrastra a su hijo herido fuera del combate. Hirviendo de furia y lleno de rencor, Diomedes lanza su proyectil contra Eneas, pero la mano de la Diosa la intercepta derramando su sangre, el dorado icor, sobre las arenas del campo de batalla. Un Aqueo sin nombre, al abrigo de la confusión, recoge los restos de los fluidos de Afrodita poco después de que está abandone el escenario en el carro de Ares.
Diomedes es valiente, pero para enfrentarse al dios de la guerra hay que estar loco, una retirada estratégica es siempre prudente a la par que elegante. Se conforma con el botín de los caballos.


En las inmediaciones del Aeropuerto de Chisinau, capital de Moldavia.

El Profesor Ludendorff espera impaciente a que llegue Dimitru con su paquete. El banco en el que está sentado es de hierro oxidado y piensa que al menor movimiento se cortará con una arista. Ha pagado muy poco dinero para que le dejen embarcar su equipaje sin hacer preguntas. El problema es que su paquete no ha llegado y el vuelo a Praga está a punto de salir.
Un ruido de un frenazo se escucha en el aparcamiento. Ludendorff se acerca al lugar, no puede ser otro que el loco de Dimitru.
- ¿Lo tiene? - pregunta con ansiedad.
- Pues claro tío - Dimitru abre el portón trasero del Lada y le enseña el baúl.
- Perfecto. Hazme un favor, vaya dentro a por un carrito de transporte mientras yo aseguro el cierre con un candado.
Dimitru observa el candado corriente del Profesor Ludendorff y hace un gesto negativo con la cabeza. El que paga manda y va a por el carrito.
Ludendorff abre el baúl y coge la petaca y el cuaderno. Está inquieto y mira de soslayo a ver si hay alguien mirando por ahí. Con un suspiro y lleno de aprensión se mete la petaca y el cuaderno en el bolsillo interior de su chaqueta. Coloca el candado haciendo dos agujeros en la tapa con un punzón. No queda muy allá, pero no importa demasiado.


Al llegar a Praga, Ludendorff, no se preocupa de recoger el baúl. Lo que importa está a buen recaudo en su gabardina y además sabe que va a haber alguien esperándolo. No se equivoca, unos tipos trajeados con pinta James Bond de pacotilla, escoltan el paquete y lo introducen en un mercedes último modelo. ¡Qué les jodan!. En el cuarto de baño le ha dado la vuelta a la gabardina, le ha arrancado la parte inferior y la ha convertido en una chupa de cuero. Su tinte para el pelo y un afeitado de urgencia le convierten en el perfecto macarra postmoderno. La cumbre del G-8 no impide que obtenga una buena habitación en el Hotel Riverside. Allí esperará a su esposa Karen, pero antes tendrá que tomar más medidas de precaución.


Marzo de 1917, Suiza.

En el café del balneario, dos clientes que rondan los cincuenta años conversan ante una taza de chocolate recién hecho.
- Mihail, siempre apareces como un cuervo cuando estoy derrotado. He tenido muchos y sonoros fracasos, tal y como me dijiste. Me deportaron a Siberia, cumplido mi destierro me volvieron a exiliar, etc., etc. Cada una de las veces aparecías con tus cuentos y cada vez te decía que no son más que patrañas. Ahora sólo tengo curiosidad morbosa. ¿De verdad crees que puedes ayudarme?, ¿de verdad crees que tus místicos planes son infalibles?.
- Por supuesto Vladimir. Te lo dije hace... Sí, hace treinta años. Hubiera sido mejor entonces. Yo te prometí que un día estarías solo y sin esperanzas y que volvería a aparecer a tu lado con la solución. Pues bien, como nunca quisiste hacerme caso, yo personalmente llevé a cabo la empresa. Los Ludendorff tenían en su casa el arma secreta que el buen señor quería usar en su provecho para que venciera Alemania. Sus propósitos burgueses darían al traste con la era de prosperidad y paz que sólo la Revolución puede traernos. Varios años he estado al servicio de la familia hasta ganarme su confianza, años viendo el recipiente que nos dará la victoria. Esta arma se remonta a la noche de los tiempos. Pocos iniciados tenemos constancia de ella, pero te aseguro que funciona. Su logro más reciente fue la unificación de Alemania entorno a Prusia, pero sus vestigios son realmente antiguos. No es la única fuente de poder pero es de las últimas, si no la última, que queda en el mundo. Una leyenda dice que...
- Perdona que te interrumpa - Vladimir tose y se ríe -, sí, siempre te interrumpo. Como tú dices, no es necesario que crea, sólo que sepa que funciona. Te contaré un cuento en versión telegráfica. Líder bolchevique que en la mayor confrontación bélica de la historia es considerado pro-germano, o lo que es lo mismo, simpatizante del enemigo, llega a Rusia para salvarla de la tiranía. Mihail, el zar ha abdicado, yo he expresado en múltiples ocasiones que deseaba que Rusia perdiera la guerra y ahora hay un gobierno democrático que encabeza Gregori Lvov. Cuando las ranas canten ópera nuestros sueños se harán realidad.
- No pierdes nada por probar.
- De acuerdo, cuanto antes mejor. - dice un escéptico Vladimir.
- Tengo que avisarte de algo. En si mismo es infalible, pero sus efectos no son eternos. Cada vez que tomes un sorbo hay que rellenarlo con agua corriente para que conserve su poder. Sus efectos son razonablemente duraderos en el tiempo, pero no ilimitados. De vez en cuando hay que repetir las tomas. Otra cosa, no funciona como “magia”, no consigue que la historia se amolde a tus deseos pero permite que tú te amoldes a ella. Quiero decir que ahora que lo tenemos deberías esperar un poco. El gobierno de Lvov es reciente y la población, que va a seguir con los mismos problemas, tardará un poco en dejar de respaldarle. Dentro de unos meses todo irá sobre ruedas, hoy podrías tener algún contratiempo, pero en cualquier caso, con la ayuda de lo que te ofrezco, verás como los acontecimientos te llevan a tu destino. - Mihail hace un gesto con la mano, pidiéndole paciencia - Y otra cosa más, es importante que confíes en alguien, yo por ejemplo, para que dosifique las tomas. Sé que eres un hombre extraordinario y que lo harás bien, pero podrías emborracharte de poder y trastocarlo todo.
- Querido Mihail, soy ateo y no creo una palabra de lo que dices. Los poderes de persuasión que le atribuyes a tu poción mágica serán extraordinarios, sin duda - dice en son de burla - . Administralos como te plazca. Quien sabe, igual consiguen un medio para catapultarme a través de la Alemania en guerra para ser recibido con el clamor popular Ruso. ¡Bienvenido, oh Vladimir Ilich!, ¡Bienvenido, oh germanófilo enemigo de la Madre Rusia! - parodia Lenin.

Cuando pocas semanas después, Vladimir Ilich alias Lenin, se ve a si mismo en un tren privado y fletado por el propio gobierno alemán rumbo a San Petersburgo, su escepticismo se tambalea un poco. En seguida deshecha la idea. El amigo Mihail siempre le ha parecido un curioso y entrañable elemento. Es la única persona que puede aplacar de forma temporal su odio. Este sentimiento no ha dejado de crecer un solo día desde que colgaron a su hermano Alejandro. El Zar Alejandro III ya está muerto, pero ¡maldita sea!, si alguna vez consigue el poder que tiemblen todos sus descendientes... y que tiemble el mojigato pueblo ruso.


Estado Mayor Alemán, Mayo de 1917.


Hindenburg observa como el jefe de los ejércitos, Erich Ludendorff, está como ausente.
- ¡Pero bueno, Erich!, cualquiera diría que te asusta que los yanquis hayan entrado en la guerra. No tienen los redaños para aguantar lo que se les viene encima. Nuestra línea Sigfrido resistirá y tendremos la victoria. - Comenta el viejo General.
- Ya, ya... - responde con tono perturbado.
Un ordenanza entra en la sala y le hace señas a Ludendorff. Este sale y recoge el mensaje. Ha removido tierra, mar y aire para dar con la identidad del maldito ladrón de su secreto. La poción de Wottan en manos de un eslavo de mierda. Mihail Saratov de Kazan se entrevistó en Suiza con Vladimir Ilich Ulyanov. Eso dice el papel. Ha tenido que llevar la investigación con suma discreción, pues nadie, nadie debe enterarse del secreto.
Ludendorff vuelve pálido al consejo de Estado Mayor.
- ...Como decía, el buen Erich Ludendorff sabe donde está la victoria, ¿verdad?.
Erich Ludendorff golpea rabioso la mesa y dice:
- ¡Le pusisteis un tren privado para San Petersburgo!.
Nadie de la sala entiende nada y Ludendorff se da cuenta de que la furia le ha hecho ser indiscreto. En su maletín guarda dentro de un frasquito de colonia un pequeño sorbo. Dadas las circunstancias y sin la fuente madre , no es suficiente para sus planes, tendrá que esperar mejor ocasión. Si no es capaz de darle la vuelta a la guerra, que esta termine cuanto antes. ¡Mierda!, lo tendrán todo o no tendrán nada. Los arios, los siervos de Wottan son los llamados a controlar el mundo. Recuerda la conversación que tuvo con su prima Elga, la bonita y rubicunda Elga, cuando eran adolescentes.
- Así que tu también te has unido al culto estúpido del abuelo, ¿no?.
- Tú eres la estúpida. Wottan nos dio su sangre para proteger a los germanos. Ya conoces el Anillo de los Nibelungos, y tantas y tantas historias que confirman aquello en lo que cree nuestra familia.
- No es eso lo que dice el tío Klaus.
- ¡Bah, maldito hereje!, - refunfuña el joven Erich con hastío - eso de que son las lágrimas de Venus en Troya. ¿Desde cuando el amor tiene que ver con la guerra?.
- Bueno, más bien su sangre, - responde Elga - La guerra de Troya comenzó cuando Paris raptó a Helena. Eso es amor, ¿no?.
- Eres una listilla ignorante.
Erich no le dirigió la palabra en todo el día. A causa de ello, fue el primo Wilhem quien se la cameló y acabó follando en el trastero en aquella fiesta de cumpleaños. ¡Porca miseria!.


Praga, tiempo presente.

En el Hotel Riverside, Ludendorff ha vertido el contenido de la petaca en un frasco de zumo de pomelo. Lo guarda en la nevera y rellena la petaca con agua. Al transferir todo el contenido, el poder lo ha hecho también. Si no tiene ningún contratiempo, volverá a verterlo en la petaca, puesto que es más difícil que ocurra una desgracia como romperse. Si le capturan en Praga, se llevarán como botín una petaca de agua inútil y eso es algo que no se puede descartar. Cada vez está mas paranoico y su mujer no aparece.
Llaman a la puerta. Aprensivo, Ludendorff camina hacia la puerta cuando escucha a su esposa.
- ¿Me vas a tener aquí todo el día o qué?.
Ludendorff abre la puerta.
- Perdona el retraso cariño - le da un casto beso en la mejilla a su marido - , pero me he entretenido viendo cagar a las palomas sobre la estatua de Kafka.
- Veo que estas de buen humor.
- ¿Como quieres que esté?. Mi marido no se me quiere llevar en su viaje de negocios, pero me promete una bonita velada en Praga cuando sus obligaciones lo permitan. ¿Te crees que no lo sé?. Hubo un tiempo en que creí que tenías amantes, después descubrí que era tu obsesión por las leyendas de tu familia. Cariño - le dice con asco y ternura - , ha llegado un punto en el que he deseado que tus desvaríos fueran fruto de pelandruscas y no de tonterías.
- No son tonterías - grita en voz baja ( sé que es difícil pero puede hacerse ). No son tonterías . - continúa -. Lo he conseguido, Karen, lo he conseguido.
- Mira, cariño, hoy es nuestro aniversario y he prometido no enfadarme. Pero , ¡por Dios!, hasta en tus sueños eres patético. Según tus leyendas, ese poder se usaba para gobernar pueblos, que se yo, dominar el mundo. Tu sueño es convertir a tu empresa farmacéutica en el mayor imperio del planeta. Por favor, tus antepasados eran más románticos.
- ¡Ríete, inculta que eres una inculta!. Si supieras historia sabrías que muchos acabaron muy mal. Sí, yo soy un cobarde. Soy un cobarde que ha corrido riesgos que ni siquiera imaginas y que no está dispuesto a correr ninguno más. Un imperio farmacéutico es más de lo que nadie puede soñar y mucho menos peligroso. No, no soy modesto, soy un cobarde. Un cobarde que espera vivir muchos años y muy rico.
- Lo estoy viendo - se burla Karen - . Industrias Ludendorff, de filial de Bayer envasando pomada antihemorroidal a líder puntero en el tratamiento del cáncer y leucemia.
- Mi bisabuelo, Erich Ludendorff, le dio un sorbo de la poción...
- ¿Pero no se lo robaron? - tercia Karen.
- Sí - responde turbado -, sí pero se guardó un poco en un frasquito.
- ¡Ah!, se guardo un poco en un frasquito - incordia Karen simulando que tiene un frasquito entre los dedos.
- ¡Si ya te lo he contado muchas veces!, pero claro, no escuchas - Karen hace gestos y muecas de burla - Cuando el Punch salió mal se lo dio a Hitler y contra todo pronóstico convirtió a un risorio y patético partido en una de las fuerzas más importantes de Alemania. Hitler, que conocía el secreto, intento por todos los medios hacerse con la fuente. Sabía que Mihail Saratov era el ladrón y que era oriundo de Kazán. ¿Por que te crees que no quiso ceder en su empeño en Stalingrado?.
- ¿Porqué era idiota además de loco? - pregunta Karen con retintín.
- Nooo, por que quería llegar a Kazan a cualquier precio. Lo que no sabía es que Mihail ya se había refugiado en Moldavia desde los tiempos de Lenin. Cuando el dictador soviético mostró su verdadero rostro, fundó la Cheka y todo lo demás, Mihail huyó sin dejar rastro con la fuente. Muchos han seguido la pista, pero he sido yo quien finalmente lo ha encontrado.
- Vale cariño, he prometido no enfadarme y no lo haré. Vamos al restaurante del Hotel Riverside, cenemos como Dios manda y luego cuando volvamos a la habitación pediremos una botella de champán. - le dice guiñándole un ojo -
- No se por que sigo contigo si te burlas de todo lo que hago - dice Herr Calzonazos Ludendorff.
- Por que tengo un cuerpo irresistible y soy la única capaz de aguantar a un lunático y excéntrico como tú.
- Sí, un lunático que será el dueño de la mayor empresa farmacéutica del mundo.
- Vale, cariño, pero por favor, que no se te suba la fiebre a la cabeza y mandes al cuerno a Bayer. Una empresa que envasa pomada no está mal y nos permite vivir de miedo, no la fastidies.
¡Bayer es la que tiene que tener cuidado de no cagarla conmigo.! - remata por decir, aunque sólo sea una vez, la última palabra. La sonrisa de su adorada mujer le indica que no es muy convincente.


En la limusina que está a las puertas del Hotel Riverside en Praga

- Perdona el retraso, Franky, pero es que he vuelto a mi habitación por que tenía una sed terrible. Esto... Arranca que tenemos que tomar el avión, mañana tengo que estar en Vitoria. - mira debajo del asiento y dice con tono de sentirse más tranquilo:
- Menos mal, pensé que me había olvidado el clarinete, ahora todo está bien. Pues como te decía, tenía una sed terrible y he vuelto a mi habitación. Ya sabes lo que me gusta el zumo de pomelo - Franky está acostumbrado a que su jefe se vaya por las ramas - . Pues bien, voy a la nevera, me lo sirvo, me lo bebo y del susto tiro el resto al suelo. Se ha roto en mil pedazos. Ya sabes como soy, al ver todos esos cristales he pensado en los millares de cortes que me pueden causar. ¡Imagínate que me salta uno a la yugular y muero entre terribles dolores!.
- Pero, ¿Porqué te has asustado, Jefe? - tercia Franky.
- ¿Qué?. ¡Ah sí!. El zumo sabía a agua. ¿Lo entiendes?. Sabía a agua rancia - hace una mueca - ¡qué aaasco!. ¿Pero qué mente retorcida metería agua rancia en el bote de un zumo de pomelo?. Es que de pronto me he dado cuenta de que no era mi habitación, era la de un imbécil de al lado y claro, como el servicio de habitaciones estaba dentro limpiando o robando o lo que quiera que sea a lo que se dediquen los servicios de habitaciones... pues que me confundí.
Franky asiente simulando interesarse, lo curioso es que está vez le interesa.
- Además me ha pasado otra cosa. Cuando estaba yo preocupado por los millones de gérmenes patógenos que sin duda pulularían por el agua contagiándome, ¿qué se yo?, el herpes, la varicela, el ántrax, el SIDA, el embarazo psicológico, la diabetes no por que ya la tengo... En fin, ¿Te he dicho alguna vez que no me gusta escuchar a Wagner por que me dan ganas de invadir Polonia?.
- Mil veces, Jefe, y en tus películas también. ¿Has escuchado hoy a Wagner?
- ¡Exacto!, no, no lo he escuchado.
- ¿Y? - pregunta Franky
- Pues que tengo más ganas que nunca, Franky. ¿Tú crees que debería comentárselo a mi psicoanalista?
- Si es de tu agrado...
- No, mejor se lo ordenaré. Para aquí Franky que quiero hablar con unos señores.
Desde la limusina ve como el Jefe atraviesa el cerco policial hacia la cumbre del G-8, pero claro, ¿quien va a negarle el paso a Woody Allen?.

20.1.06

LISTOS

luchador

En el Café del Tuerto se reúne la parroquia. Hay gente lista, muy lista y listísima. Uno de los pertenecientes al último grupo me dijo:
- ¡Que mala es la gripe!
Yo, que acababa de salir de una, le conteste:
- ¡Coño que sÍ, malisma!.
- Te duelen todos los músculos, moqueas, tienes fiebre, te arde la garganta... Es una mierda intolerable. - insistía.
- Desde luego - le confirmaba.
Su mirada se transformó de pronto adquiriendo un brillo enfermizo. Me miró asintiendo con la cabeza, con esa pose y convencimiento que dice “eres de los míos” cuando de pronto gritó enarbolando una bandera:
- ¡Viva el Cáncer!. - se volvió hacia mí como invitándome a secundar su ardor guerrero y sabia filosofía. La verdad es que no me atreví a gritar “viva la gripe”, por que además la gripe, joder jode. Pero bueno, que entre tanto listo, listísimos y muy listos, preferí hacerme el tonto. Y así con todo desde Viriato hasta hoy.

001

EL ENJAMBRE

Remolinos de tontería,
avalanchas de estupidez,
aluvión de cobardía,
y terror por el quedar bien.

Inventores de la patata,
sabios del buen hacer,
Gurús de lo que pasa,
y apóstoles de lo por ver.

Guardianes de nuestro verbo,
prisioneros bajo un dintel,
que se desploma de puro miedo,
si la realidad va y se posa en él.

momia

EL SUSTO
Sin la menor ceremonia
y a través de un cristal,
se me apareció un fantasma,
- tranquilo, ten calma, -
me dije con parsimonia.
Me encontré fatal,
me quedé perplejo,
cuando un guarda viejo
dijo que a las momias,
nos sienta muy mal,
que los turistas lelos,
se asombren de vernos,
sin saber historia
y disparando el flash.

15.1.06

RESCOLDOS VARIOS

El Borracho-Detail
COPLAS DE TIJUANA


Es el tierno bebedizo,
el que viertes en mi copa,
cuando te quitas las ropa,
y me obligas a pensar,
en los jugosos escondrijos,
y en la locura de tu boca,
para que dolor que yo cobijo,
se disuelva en un plis, plas.

Ilusión del pasajero,
que vuela por los caminos,
hasta arriba de vinos,
por no ponerse a temblar,
recorriendo los senderos,
que han de marcar su destino:
el perdedor pendenciero,
que se ahoga en el mar.

prision

PARAISO

El paraiso terrenal,
ha llegado hasta mi cama,
de pronto me dije -¡calma !-
- todo esto no es normal -
Era bella, como un dulce,
envuelta en seda y golosina,
y descubrí tras las cortinas,
que estaba escrito en el cristal:
“Pensad viajero de estos páramos,
pensad que este no es tu sitio,
pensad, insisto, en que estos ratos,
no son nada, son oníricos”.
Así yo vi, que lo que había,
estaba entero en mi cabeza,
obteniendo la certeza,
de que en una celda me cubría,
con mantas rotas y sucias
con ratas muertas y sin ducha,
y un tatuaje que rezaba:
¡La maté por que era mía!.


domino
DOMINÓ EN EL BAR

En la mesa sucia con el pito doble,
Julián firma y cierra nuestra partida,
ya que conoce bien al señor Don Cosme,
le gana los cuartos y a su querida.
- ¡Así ya podrás! - le dice hosco el Don - ,
con el pito doble y tu pericia,
avasallar a todos en un rincón,
cual capellán cabrón junto a novicia.

venezuela2

PRESUNTO MILITANTE ANTIFASCISTA

Me encontre con un sesudo,
militante antifascista,
le dije - en principio asumo,
comparto tu punto de vista, -
Después se fue soltando,
diciendo tranquilamente,
que al que no esté con su bando,
le habría de llegar la muerte.
Añadía, con gran orgullo,
que Fidel y sus secuaces
son para todos los suyos,
unos modelos tales,
que se cortaría un huevo,
por por conseguir imitarles
y que se los comería luego,
con jamón y picante.
- No te prives compañero
- le dije con voz amable,-
si te falta el mentado acero,
yo te consigo el sable.


POR RUTAS IMPERIALES(INFERNALES)




Discurso, "de buen rollo", de un dirigente de un partido Ex-pañol en las Vascongadas :
- De verdad, compañeros, que es fascismo el oponerse a nuestra soberbia guía y dirección. Sí, es cierto que por el bien de la comunidad vamos a hacer un censo sobre los buenos y malos ciudadanos, pero de buen rollo. Sí, es verdad que será obligatorio que los niños estudien el buen credo del ciudadano cívico, pero también de buen rollo. Sí, es verdad que vamos a nombrar a jueces de proximidad por criterios de prestigio, tan imparciales como los del "cuarto turno", pero de muy, muy buen rollo. Además, ¿Acaso hay alguien tan fascista como oponerse a tan sabias medidas?.
El mañana será esplendoroso de la mano de nuestra alianza con vetustos demócratas. Junto a Hugo Chavez (aplausos), junto Evo Morales (aplausos), junto a Fidel Castro (aplausos) y si los hados del buen rollo nos son propicios, junto a López Obrador (más aplausos). Se acabó la sociedad militarista, ¡Viva la milicia del progreso!. Se acabó el Estado Policial, ¡Viva la policía de gestión socio-cívica!. Desde su creación sus éxitos son imparables. Ya han confesado muchos de los enemigos del pueblo que contrajeron voluntariamente la sífilis para contagiarla a los demás. No os dejéis engañar por los fascistas, la venta de armas a las FARC es lícita puesto que son el ejército de la paz y la liberación. El compañero Otegui nos ha felicitado por nuestra gestión. En nuestra futura empresa de pacificar Euskadi iremos de la mano de todas aquellas formaciones, que como dice el compañero Patxi López, en el fondo son de izquierdas, eso sí, un poquito díscolas pero de buen rollo. ¡Qué desfachatez la de esos empresarios que crispan la sociedad negándose a pagar el impuesto revolucionario!. Vale, estamos en contra de la extorsión, pero igual de malo es crispar a la sociedad con la cantinela de la presión etarra. Al fin y al cabo, lo peor no es la ETA, si no aquellos que no entienden que la paz debe obtenerse a cualquier precio. De hecho en Euskadi, si eres un buen vasco o vasca, se vive muy bien. ¿Quién se acuerda de aquellos profesores interinos que fueron debidamente expulsados de la docencia?. ¡Qué desvergüenza, había un profesor de inglés que no dominaba el euskera a la perfeccíón!. ¡Sólo un fascista puede entender que así se está en disposición de dar clase de inglés!. En fin, si la prensa tiene alguna pregunta que hacer...
- Si, - pregunta un periodista que no estaba acreditado - ¿Qué narices entiende usted que es el fascismo?.
La policía entra en tromba en la sala y se lleva al impertinente después de quebrarle el cráneo. El dirigente hace signos negativos con la cabeza y vuelve a dirigirse al pueblo.
- Esto me pone muy triste por que podría interpretarse como una limitación de la libertad de expresión. Pero es que la ley hay que cumplirla y este sujeto no estaba acreditado. No obstante, yo soy un demócrata y le contestaré aunque se encuentre ausente. ¿Qué es un fascista?. ¿y tú me lo preguntas?. Fascista eres tú.
Los aplausos llenan la sala de audiencia y prosiguen las entrevistas de la prensa:
- ¿Cómo soportan la presión infame de tanto traidor dentro y fuera de vuestro partido que critica sin fundamento vuestra magnífica política? - pregunta el enviado del "imparcial que te cagas"
- Me alegra que me haga esa pregunta...

(Discurso imaginario a forma de "collage", fruto de retazos y actuaciones parlamentarias de diversos dirigentes del nuevo Partido Socialista de Euskadi incluida la "fabulosa" ( en el sentido de quien te ha visto y quien te ve) entrevista a Patxi López en el "progresista" GARA). Una tesis dice que todo se debe a un experimento, que en el fondo no piensan tomar esa dirección pero que quieren resucitar a sus compañeros muertos haciéndoles revolverse en sus tumbas). PD: Si se trata de eso que lo dejen, no funciona, si no, haría tiempo que las lápidas habrían saltado por los aires.

9.1.06

HOMBRES DE PRO

juez

En un restaurante de la ciudad, de una conocida callejuela, se reúne el hampa local. La lluvia vuelve el suelo resbaladizo y saliendo de la reunión, un hijo de puta se descalabra dejando el aire más puro y más limpio.



Por los resquicios de la ventana entra la luz mañanera que haciendo cosquillas en la nariz del gran hombre, le provoca un fuerte estornudo que destroza su último sueño húmedo.
- ¡Pero Don Juan Luis Orduña y Tejada! , ¿no cree que va siendo hora de levantarse?. Le han llamado del juzgado cuatro veces. Lo siento pero voy a abrir la ventana - dice la nana Lucrecia.
La nana Lucrecia es una oronda mujer de unos sesenta años que fue ama de cría de Luisito. Cuando los padres del señor Orduña murieron, la mantuvo de asistenta por razones sentimentales. Al fin y al cabo, ella fue quien les sirvió el último té que con tanto cariño había preparado Don Luis.
- ¡No sé como se las apaña ! - insiste Lucrecia - ¡Toda la habitación huele a güisqui.!
-¡ Joder !, déjame dormir, nana - murmura Don Luis.
- Ya le he dicho que han llamado del Juzgado. ¿No se acuerda?. Hoy tiene un juicio importante. La secretaria ha dicho que hay tres testigos que han tenido que venir de propio desde Albacete y que están que se suben por las paredes. Llevan allí desde las ocho y son las doce del medio día.
- ¡Ta bien!...- masculla.
Don Luis Orduña y Tejada se levanta de la cama y se arrastra hacia el cuarto de baño. Cuando ha conseguido arrancarse las legañas con unos alicates y tiene la visión más despejada, comienza a poner muecas frente al espejo.
- ... ¿me dices a mi?.
- ... ¿me dices ami?.
- ... no veo a nadie más, por lo que supongo que me dices a mi.
© Clint Eastwood.
Se ha dado un perfecto baño con su patito de goma y una vez contento de jugar a las burbujas submarinas cuesqueras, se coloca un batín de cuadros para salir a la salita a desayunar. La nana ya le ha dispuesto todo como Dios manda en la mesa que da a la Plaza del Obradoiro. Desde allí, se permite dejarse llevar por las ensoñaciones de lo que será su futuro. Probablemente, será elegido para el Tribunal Superior de Justicia. Tiene buenos contactos en la política. Un alto dirigente del BNG es hijo de un honorable antiguo miembro del SEU (*era el sindicato falangista de estudiantes) de cuando su padre era jefazo del mismo en Galicia. Como pronto se convertirá en la última instancia judicial, el puesto del TSJ va a ser muy valorado y de enorme prestigio para el poder.
- ¡Nana! - grita Don Juan.
- ¡NANA!- grita más fuerte.
- ¿Aún estamos así? - le reprocha Lucrecia.
- Mira, tráeme el supletorio que voy a llamar al juzgado.
Lucrecia ya está acostumbrada. Hace un gesto de “ay señor, señor” y cumple con el mandato.
- Marisa... Sí, soy el Señor Orduña. Espera y escucha, el juicio va a tener que suspenderse, fija la vista para dentro de veinte días. ¿Qué?...¡Pues que se jodan!.
Don Juan de Orduña y Tejada no puede evitar que se le escape una risita cabrona cuando cuelga el teléfono. ¡Qué cojones!, con un poco de suerte pronto estará llamado a más altos menesteres y podrá olvidarse de casos de medio pelo. Cobrará cifras astronómicas por prevaricar legalmente al servicio de los políticos de turno, pero ¡qué coño!, todos somos mercenarios. Además, con un chalet en Ibiza para las vacaciones, las cosas tienen otro color. Nada impide que haga negocios por su cuenta. En Galicia, perdón, en Galiza hay suficientes narcos como para llenarse bien el bolsillo; y él, Don Juan Orduña, será la última instancia judicial. Bueno, siempre pueden protestar en Bruselas, que les harán el mismo caso que al gusano de tierra, ja, ju, ja. Don Juan nota un fuerte subidón de adrenalina sólo de pensarlo, incluso juraría que sufre una jocosa erección.
- ¡Nana! - llama otra vez el juez Orduña.
- Preparame un buen traje. Voy a ver a Xoan a la sede del partido. Que sea elegante, que se note que voy a ser Presidente del TSJG.

Han pasado veinte días y dentro de cinco será presidente de la más alta magistratura de la Naçió do Galiza do pobo galego, el pazo de Ulloa y la madre que los parió.
El agente de Justicia es un cero a la izquierda en todos los menesteres, pero eso sí, el gallego lo habla que da gusto. ¡Figúrense ustedes que no hay Dios que lo entienda!.
- Marisa - le cuchichea Don Juan a la Secretaria Judicial - ¿que carallo me quiere decir el bedel?.
- ¡Chist! - le recrimina - No son bedeles, son agentes de Justicia, bueno, creo que les han cambiado el nombre y son gestores de..., o ... Mira, no me acuerdo, pero no les llames así. Dice que los de Albacete no han venido.
- ¡Joder! - grita con una indignación colérica digna de Zeus - Me quedan cinco días y me quieren dar por culo en el último juicio. Este caso lo tendrá que llevar el próximo primo que ocupe mi puesto.
El Juez se pasea por la sala mirando con desprecio infinito a los asistentes. El, el gran hombre, uno de los futuros personajes más importantes de Galicia , él, que se ha levantado a las diez de la mañana para trabajar como un vulgar empleado...
- ¡Esto no queda así ! - grita.
- ¡Marisa!... Oficio, Orden de búsqueda y captura inmediata para los ausentes.
Don Juan Orduña sale de la sala regodeándose en la cara de susto que se les va a poner a los primos cuando la policía se los lleve esposados. Para celebralo se dirige al Restaurante Cona do Meiga. Allí se reúne al medio día, o más bien, desde el medio día hasta la hora de comer, la flor y nata de la judicatura. Está en una callejuela pero es de lo más chic y elegante.
Pronto una legión de pelotas le hacen corro y comienzan a tomar ribeiros para celebrar el ascenso del prestigiosísimo Orduña.
En la mesa contigua, otro juez discute con un compañero de profesión.
- Esto de que los políticos participen en la elección de los jueces es un desastre. Tendría que hacerse por concurso-oposición. Si se quiere que tengan experiencia que el concurso-oposición sea para los que lleven quince o veinte años de servicio, pero que no meta la mano el legislativo en el judicial; ¡es de cajón! - asevera Matías.
- ¡Coño Matías!, te veo un pelín cambiado. Ya me han dicho que te has dado de baja en la asociación de Jueces para la Democracia, pero reconoce que no siempre has dicho lo mismo. - le comenta su compañero.
- ¿Cómo que no?. Yo siempre he dicho que la justicia no tendría que estar politizada. Fíjate, ¿te acuerdas de la Tarruquitada?. Si hombre. del caso de Tarruquito, el que atropelló con saña al pobre peatón, no tenía carnet, se dio a la fuga, lo negó todo, luego le echó la culpa a su hermano, etc. Pues faltándole sólo mearse sobre la tumba de la víctima, el juez consideró que todo eran atenuantes y le puso la mínima pena. Esto no es lo extraño, lo extraño es que el CPJ no actuara de inmediato anulando el juicio y expulsando a este sujeto de la carrera judicial, sin perjuicio del proceso penal por prevaricación correspondiente. Pues bien, como el Consejo del Poder Judicial está mediatizado por políticos y son de su misma calaña, pasan olímpicamente de caso, sólo están pendientes de aquellos temas que interfieran en los intereses de los que les han colocado allí. - finaliza el discurso levantando las palmas como muestra de franqueza.
- Bueno - responde su compañero - , hay que respetar las decisiones judiciales.
- ¡¿Qué tienen que ver los cojones con comer trigo!?. Si un cirujano entra con una motosierra y se carga al paciente y a los enfermeros, a nadie se le ocurre decir que es su criterio. Son casos de flagrante disparate. Es como lo de la minifalda. Allí, la pobre mujer después de ser violada lo fue, en cierto sentido, por segunda vez en el juzgado, cuando el magistrado alegó que se lo merece por ir vestida como una puta. No me jodas, eso no se sostiene. Es imposible evitar que se cuele un chalado en cualquier gremio, pero para eso están los órganos encargados de velar por su funcionamiento. Claro, que como he dicho, sólo se preocupan de lo que atañe a la gentuza que los nombró. Concurso-oposición. - se reafirma Matías.
- ¡Vale, vale!. No te inflames tanto Matías que nos conocemos desde hace años. ¿No te presentaste tú a un concurso en el que te dieron por detrás?.
Matías se pone del color del culo de un Mandril.
- Sí, y se llevó la plaza esa Secretaria Judicial, esa furcia niñata con muchísimos menos méritos que yo, y sólo por que se estaba tirando al tío adecuado de Ferraz (sede del PSOE).
- Ya, - se sonríe su compañero - ¿y acaso no sabías ( no puede evitar poner tono de fiscal, que al fin y al cabo es su oficio ) que ese puesto estaba preconcebido sólo para profesionales progresistas de la Asociación, y que los demás estaban excluidos?. ¿Acaso no te presentaste aprovechando tu condición de juez progresista, a sabiendas de que compañeros tuyos estaban excluidos de antemano?. No jodas, Matías, ¿De qué te quejas?.
- ¡VETE A LA MIERDA!.
Matías abandona el garito y ve como los de la mesa de al lado, en la que se encuentra Don Juan de Orduña, le miran sonrientes como diciendo: “ eres como nosotros, en el fondo eres como nosotros “. En el fondo Matías lo sabe. Por ello va a realizar la ruta del orujo para purgar su mancillado espíritu. Si hace examen de conciencia, lo que le jode es que la puta niñata se llevara un puesto que creía amañado para él.

Don Juan Orduña se ha quedado a comer en el Cona de Meiga. Los ribeiros hacen efecto y le espera una larga jornada hasta el anochecer en tan entrañable lugar y tan buena compañía.
En torno a las nueve de la noche, un coche de la policía hace un alto en la calle del restaurante. Uno de los miembros policiales del vehículo quiere aprovechar para visitar a un pariente que vive en esa zona. Cuando el policía abre la puerta, uno de los ocupantes, uno de los Albaceteños que no se presentó al juicio ( uno de aquellos que como gilipollas había acudido desde Albacete en cuatro ocasiones para que luego se suspendiera ), sufre un ataque de claustrofobia y sale también. Cuando le llega a la policía una orden de búsqueda y captura, no saben nunca a que se debe, pero por lo general ésta sólo se emplea en casos de los delincuentes peligrosos y terroristas. No pueden imaginar que los tres primos sólo son testigos oculares de un delito menor , pero no los delincuentes.
El otro policía es nuevo e inexperto, piensa que el pobre hombre va a huir y le rompe las narices con la porra dejando un charco enorme de sangre coagulada en la calle empedrada. Al poco tiempo, baja el otro policía de la casa de su pariente y reemprenden su ruta. El veterano le recrimina al novato el estado en que quedará la tapicería del coche. Añade velados comentarios sobre quien va a tener que limpiarlo.
Poco después, rondando las diez de la noche, Don Juan Orduña abandona haciendo eses el restaurante Cona do Meiga. El suelo está resbaladizo por la lluvia. No puede evitar a tiempo un charco de sangre coagulada y resbala desnucándose contra un bordillo.

3.1.06

EL OJO QUE TODO LO VE, VELA POR TU SALUD

Klimt_ArboldelaVida

Es 1986, Juan el putilla caracolea entre las mesas, mientras el humo del tabaco de sus compañeros de trabajo colapsa sus pulmones. Se esconde en el baño para respirar aire puro, bueno, todo lo puro que puede estar después de que haya cagado Fran. Fumar está bien visto y Juan el putilla sería capaz de escupir sus pulmones antes que de quejarse y pasar ante la empresa como Juan el moñas.
Han transcurrido veinte años, la empresa de el putilla ha crecido como la espuma gracias a que la presidenta ha sido felatriz personal de los diversos gobiernos del país. Ahora están en un edificio con amplias oficinas, aire acondicionado y suficientes salas para que los fumadores puedan recluirse a disfrutar de su maldito vicio.
¡No es suficiente!, Juan el putilla ha estado rezando para que llegara su venganza. Ahora el tabaco está proscrito y no hay habitáculos que valgan. El putilla hará de la delación su razón de vivir.
- Señora presidenta, perdone que le interrum.... Hola señor ministro. Señora presidenta, quiero protestar por que los fumadores de la empresa pierden mucho tiempo saliendo a fumar y cobran lo mismo que los buenos ciudadanos, ademas...
- No pafa nada, Juan, cuanfo acafe con el minifttro eftoy contido.

En España, la esperanza de vida roza el límite biológico. Es una de las más altas del mundo. Esto significa, que si bien, a nivel individual, el tabaco perjudica a la salud, no incrementa el número de muertes en la medida que se nos dice. ¿Cómo podemos llegar a esta conclusión, tan en apariencia descabellada?. Muy fácil, dos más dos, necesariamente tienen que dar cuatro. Si fueran ciertas las cifras de sesentamil fumadores activos, más veintemil pasivos muertos por el tabaco, nuestra esperanza de vida sería de cien años ( como mínimo, puesto que supondría casi la cuarta parte de los fallecimientos ). Como todos sabemos, aquellas personas que llevan una vida sana, tienen su límite biológico en torno a los ochenta años ( las excepciones nonagenarias y centenarias son muy variadas en lo que se refiere al tipo de vida llevada ). Estadísticamente, los que llevan una vida más castigada viven algo menos. ¿Cómo se explican las cifras anunciadas, acaso nos mienten?. No necesariamente, simplemente es una verdad sesgada. La mayoría de las muertes atribuidas al tabaco, no son otra cosa que personas fumadoras que han fallecido. Si aplicáramos el mismo rasero a las personas que consumen agua, el indice sería del cien por cien.
Ni que decir tiene que el tabaco es malo para la salud. Ni que decir tiene que las grasas saturadas son malas para la salud. Ni que decir tiene que el exceso de alcohol ( incluido el de los dos vasitos de vino que unos dicen que es bueno pero otros estudios, a gusto del consumidor, lo desmienten) es malo para la salud. Ni que decir tiene que ir en coche es peligroso. Ni que decir tiene que cualquier práctica de riesgo comporta un riesgo ( anda que me he quedado calvo ). A pesar de todos estos peligros, en España, la esperanza de vida roza el límite biológico.
Sería comprensible que los gobiernos se preocuparan de un problema de salud pública que fuera una amenaza “real”, tangible y demostrable. A la hora de la verdad, el estado general de salud en nuestro país es “tan preocupante”, que sólo tenemos una de las esperanzas de vida más altas del mundo. Perdón, detrás de Sierra Leona, país en el que se fuma poco, apenas se bebe y las grasas saturadas brillan por su ausencia, situando su listón en un escalofriante y medieval treinta y nueve años de esperanza de vida.
Entonces, ¿habría que deducir que todo lo que dicen que es malo, es bueno?. No, en absoluto, es lo que ocurre con las verdades a medias, que son más peligrosas que las mentiras. Cuando el traumatólogo Pérez le dice a Doña Francisca que sería bueno que pesara veinte kilos menos para que su operación de rodillas se luciera más, no le está mintiendo. Cuando el endocrino Montero le dice a Don Augusto que es preferible bajar unos kilitos y mejorar sus niveles de colesterol, le está diciendo la verdad. Lo que ocurre, es que mal que bien, uno va sobrellevando sus vicios y “pecados” en la medida de sus posibilidades. Es un conjunto de cosas los que nos lleva a la tumba, pero en España, fundamentalmente y por delante ( muy, muy, pero que muy por delante) de otras causas, lo que nos mata es la edad.( dato irrebatible con una esperanza de vida de ochenta años). Dentro de poco, la primera causa de muerte será el asco.
Aviso una vez más, si la asistencia sanitaria va a impartirse ( todavía no hemos llegado a ello, pero, ahora estoy convencido de que allí vamos) en función de la virtud del paciente, nadie estará a salvo. Todos somos en cierta medida causantes de nuestros males. En lenguaje religioso diríamos que enfermamos por nuestros pecados. Sólo hay un problema, que siguiendo con la línea, está en los evangelios: Todos tenemos pecados (también me lo dijo un yonqui intravenoso en cierta ocasión). El que no fuma, a lo mejor bebe demasiado. El que ni fuma ni bebe, a lo mejor practica deportes que en el mejor de los casos causa lesiones carísimas de curar para Seguridad Social. En fin, si antes de ser atendido en urgencias por un accidente de tráfico, se le negara a alguien la asistencia por haber bebido, o bien tratamiento para la diabetes a un personaje muy comilón., o bien la reducción de una fractura a un primo que se ha caído por torpe ( al fin y al cabo, es por su imprudencia que se rompió la pierna); si todo esto sucediera, sería el fin de la sanidad pública. Los que tengan pasta podrán costearse una sanidad sin juicio moral sobre el enfermo, los demás...
La sanidad no debe juzgar moralmente al enfermo, ni siquiera en los casos de flagrante temeridad (muchos de los accidentes de tráfico), puesto que se pondría en peligro su propia finalidad que es la de paliar, en la medida de lo posible, los efectos de la enfermedad y los accidentes sea quien sea el enfermo. Una vez repuesto, el conductor borracho ya se enfrentará a la justicia, una vez tratada, Doña Angustias ya se las verá con su diabetes y si no hace mucho caso incluso puede que se muera, aunque lo normal es que lo lleve como buenamente pueda. Reconozco que con la propaganda adecuada, corremos el riesgo de decir: “Le está bien empleado a Don Joaquín, que le vieron comiendo gambas sabiendo que tiene ácido úrico, se merece que le hayan denegado el tratamiento)”. Muy bien, pensemos: ¿Cuantas de las dolencias que tenemos son absolutamente inevitables?. Si hacemos una sincera reflexión veremos que son realmente pocas, y a nada demagógicos que seamos, casi inexistentes.
Nadie estaría a salvo. Hoy por hoy, los únicos pecadores en la diana somos los fumadores, pero la mentalidad neonazi que lleva a fiscalizar la vida de los ciudadanos es insaciable. Por cierto, somos los únicos que cubrimos el “extra” de gasto de nuestro particular pecado debido las altísimas tasas sobre el consumo ( más del setenta por ciento), El club de comedores de morcilla no paga tasas semejantes, ni el club de descerebrados escaladores; lo cual, añado, me parece bien.
Otra cosa: en mi opinión, las motivaciones gubernamentales son cualquier cosa menos la salud. En todos los países que se han tomado medidas del tipo que sea, con la excusa de mejorar la salud, aunque los resultados hayan sido nulos, jamas han hecho autocrítica. Me explicaré:

No soy una persona antiyanqui, pero la razón no es que su sociedad me deje en éxtasis, si no que , curado de espanto, veo como nos falta tiempo para copiar lo peor de esa sociedad, mientras con falsa autocomplacencia, la criticamos para ocultar un estúpido sentimiento de inferioridad. Recuerdo un reportaje en la televisión autónoma vasca sobre un proetarra. El sujeto en cuestión, modelo de anticapitalismo combativo ( según él, a mi, además de parecerme un pro-asesino, se me antojaba un pelín niño-pijo de mierda ), y edil de Batasuna , le contaba al arrebolado entrevistador sus vacaciones en Nueva York con su familia. En estas aparece una foto en la que el primo está con unas enormes orejas de Miky Mouse. ¡Joder!, yo no soy antiyanqui, pero no me pondría eso en la cabeza.
Incluso en lo que a obesidad infantil se refiere ( es común burlarse de los Usaenses por su gordura ) estamos tan sólo a dos puntos de ellos, con la diferencia de que allí lo han frenado y aquí vamos hacia arriba. Una de las consecuencias de las verdades a medias que pagaron los Yanquis fue la de que el deporte es sano. Es verdad que el ejercicio ( por ejemplo caminar, que fortalece el corazón y las arterias) es bueno para la salud, pero el deporte, puede ser sano... o no. Sobre todo, ocurre que no todos somos capaces de hacer deporte, pero si lo seríamos de hacer ejercicio. No fue esa la medida impuesta, si no que en los colegios sólo se fomentaba el deporte como fuente de salud. Se conformó una sociedad dual, en la que los “buenos” jugaban al fútbol (o lo que sea) y los malos eran unos pobres parias que más les valía esconderse en las cloacas y reptar por ellas para que nadie les viera. Una apuesta por el todo o nada, en lugar del lógico y más realista termino medio, lleva a eso.
Y es que se recoge lo que se siembra. Si la apuesta es: O atléticos o parias, lo que se obtiene es eso. Sería de mucha más utilidad y de mayor éxito una apuesta por el mal menor. El que le tiene asco al deporte, que al menos pasee un poco. El que fuma, si le es posible que fume menos. El que bebe, si puede o quiere ( concepto importante sobre las libertades individuales ) que prive menos. El glotón, si puede, si tiene la suficiente fuerza de voluntad, o simplemente cree que le puede compensar mínimamente, que intente moderarse. La buena salud viene por un conjunto de cosas, jamás por una sola o por todas ellas vistas por separado y de forma histérica. La salud puede considerarse buena si la vida cotidiana es lo suficientemente llevadera como para querer continuar con ella un día más, no para ser el más rico o el más “sano” del cementerio. Por que como decían y dicen cuando pueden romper el voto de silencio los Cartujos: “Hermanos, morir Habemos”. “Eso ya lo sabemos -contestan.”

“ -¿Doctor, Doctor, si hago todo eso viviré más?-.
- No, pero te dará tanto asco que esperar la muerte se te hará eterno”.