7.11.05

El JAKO DEL TURCO

Se ha apagado el sol,
las luces no se encienden,
¿se ha muerto acaso Dios,
y los soles perecen?.

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Es de madrugada en Valencia. Kiko “el loco” y su novia se dan un homenaje de heroína en la playa.
- ¡Qué bonitas estrellas! - dice Kiko.
- Ya te digo - contesta ella.
Durante un rato todo es precioso y está en calma. La novia de Kiko es una tía de puta madre; ella si que sabe. No serán ni las cuatro cuando oyen un estruendoso golpe contra la arena de la playa. A unos diez metros se ve un bulto con forma humana sobre el suelo.
- ¿Qué ha sido eso, Kiko?.
- Un golpe, ¿no?.
- ¡Joder!. Ya lo se, ¿pero qué leches ha sido?.
- No me rayes tía, estoy de puta madre; fuuuuuu...
- Pero tío, ¿no ves un bulto allí?. Joder Kiko, parece alguien tirado. - insiste ella.
- Déjalo, seguro que lleva un buen punto.
- No tío, que igual le ha pasado algo.
Por fin deciden acercarse. Cuando están a unos pasos les tiemblan las piernas; no se lo pueden creer.
- ¡Joder Kiko!. Ya le has vuelto a pillar al “Turco” mierda en mal estado. Esto no es plan. Ese tío no es legal.
- Te juro que es buena. Ayer mismo me puse y me sentó como Dios.
- Pues yo estoy viendo a un tío con barba y de tres pisos de altura - a ella le da un ataque de risa tonta.
- ¡Que fuerte joder!, es de verdad.
- Pero Kiko, piensa. ¿Cómo va a haber alguien que mida veinte metros de largo y vestido así?. ¡Joder!, si lleva una túnica romana o algo.
- ¡Qué flipe!. Vas a tener razón. Igual al “Turco” se le ha mezclado la mercancía con pastis, no sé.
Se quedan observando al cadáver en silencio. El gigante en cuestión aparenta unos cincuenta años de edad con una enorme barba patriarcal. Le asoma por la boca una lengua del tamaño de un muslo. De pronto, el cuerpo parece brillar y la arena se lo va tragando en una especie de remolino. A los pocos minutos desaparece.
- Alucinante tú, vámonos para casa que ya hemos flipado bastante - dice Kiko.
Ella no le escucha, está mirando mosqueada el cielo. No se ve una sola estrella y la luz de la ciudad brilla con una fuerza inquietante.
Cuando llegan al paseo marítimo ven que la gente tiene el rostro aterrado y camina con rapidez. Todas las ventanas de las casas tienen las luces encendidas y se oye como un gigantesco murmullo. No son horas para tan extraña actividad. Nada más llegar a la Avenida del Puerto se encuentran con Matías junto a la iglesia. Las puertas están abiertas y parece que hay un cura dando misa. Está claro, los Valencianos se han vuelto locos.
- Matías - dice Kiko con afecto - ¿qué narices pasa que está el personal tan alterado?.
A Matías le falta un brazo que perdió por culpa de la gangrena. Siempre fue muy notas y se jactaba de picarse con la misma máquina. Tiene su mérito que tardara tanto tiempo en pillar una infección.
- No se. Bueno, dicen que se acaba el mundo o algo así.
- ¿Tu también le has pillado material al “Turco”? - le pregunta la novia de Kiko.
- No, mi jako me lo ha traído mi padre de Tailandia. Ya sabéis, como trabaja en la embajada de allí, pues cuando viene de visita tiene un detalle con la familia. A mi madre le ha traído unas bolas chinas. Pero de las guays, no de las que venden aquí ni... ¡no!.
- ¡Qué bacile!. En serio Matías, ¿qué pasa? - pregunta Kiko pretendiendo ser serio.

- Mira, cacho puto, lo vas a oír tu mismo.
Matías se acerca a un coche de los que están por allí infelizmente aparcados. Saca la varilla y sin preocuparse de si lo ve nadie abre la puerta en un plis, plas.
- Vamos todos dentro a oír la radio. - invita Matías.
Una vez que se acomodan y encienden el aparato, descubren que la mayor parte de los diales emiten ruido. En algunos se habla pero de forma histérica y entrecortada. En muchas ciudades hay disturbios, en otras calmas sepulcrales. Resumiendo, parece que las estrellas han desaparecido. Todas las estrellas han desaparecido del universo. No se cual científico de no sé donde asegura que no están, que es incomprensible, pero no están. Luego que si habrá que usar energía nuclear para calentarnos por que si no llegaremos al cero absoluto ( a Kiko le hace gracia lo del cero absoluto, le recuerda a su corta etapa de estudiante)., que si estamos condenados y no va a haber solución, etc...
- ¡Fuerte de cojones!, esto es fuerte de cojones - asegura Kiko.
- Tenemos que hacer algo - dice su novia con angustia.
- Ya te digo - dice Matías sin más.
Kiko está pensativo, parece preocupado pero en el fondo es la cara que se le pone cuando está cavilando en algo.
- ¡Ya está joder! - resuelve por fin.
- ¿Si? - le pregunta su novia.
- Bueno, que tenemos que avisar a está gente, ¿no?.
- ¿Avisar de qué? - Dicen a la vez Matías y la chica.
- Hombre, pues para qué no pierdan el tiempo, ¿no?.
Kiko sale del coche y se dirige a la iglesia seguido por su novia y el manco.
Una vez dentro se acerca a el altar donde el cura habla y habla aunque no se le entiende nada. Le quita el micrófono y habla a la multitud.
- ¡Oigan!. ¿Me soye? - pitido enorme por acoplarse el chisme.
- Esto... - prosigue - Seré muy breve. Sí, que no perdáis el tiempo, que mi novia y yo hemos visto como Dios se daba un Hostión... , perdón padre, pero es que es verdad. - Kiko retoma el hilo - . Pues eso, que se ha matado, así que no le llaméis por que no os oye. Son cosas que pasan, hoy tu, maña yo y otro día le tocará a otro. Bueno, pues le ha tocado a El. Eso, y nada, que os podéis ir.
Se forma un gran revuelo de indignación. Por ahí se oye no se qué de matar a hostias al puto yonqui. En fin, los ánimos se calman y los tres compis se van a casa de la Juaquina que tiene DVD y verán una peli. Mañana será otro... Bueno mañana será más tarde que hoy. Y yo que se ¡joder!.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja, joder, tú también eres buen chico pero...

PERCEBE dijo...

Un amigo mio dice: es buen chico pero bebe.

Anónimo dijo...

Dios no ha muerto, esta en cada uno de los porros que me fumo, palabra de dios te escuchamos oyenos.