16.11.06

SIN MUSAS

musas



SIN MUSAS
No había ligado tres versos ,
el aprendiz de poeta,
que comenzó su zozobra,
bloqueado y sin musas,
bien enredado entre dudas
por la palabra perfecta.
Descubrió que acaso sobra,
con transmitir una sombra
de lo que fue su tristeza.
para encontrar la razón,
por la que surge canción,
de una aparente torpeza.

AGRO
Una certeza y una duda,
mañana saldrá el sol
¿vendrá también la lluvia?


ME VOY
Derribé los muros cenicientos,
que separaban mi razón,
de aquellos mundos que son,
inaprensibles y distantes,
Por ello descubrí,
que si la perfecta locura,
me mece con soltura,
tendré que dejarte,
para encontrar mi fortuna,
entre universos errantes


HORMIFANTE
No cederé un paso,
ante el chantaje emitido.
por tus pechos henchidos
de fragancias y sexo.
Yo soy un gran macho,
yo soy el galán,
un sublime don Juan,
muy sensible a los hechos:
Si eres elefanta,
y yo soy hormigo,
al juntarnos los dos,
¿qué será nuestro hijo?



ILUMUNATI
Estremecedor impacto:
...¡La revelación!.
El crujido sordo,
cual nacido llanto,
que sin pedir permiso,
como un viento frío,
hoy te cuenta todo,
que las cosas son.
¡Iluminado!, dijo,
el envidioso necio,
como si no supiera el cielo,
que el mundo ha estallado,
en uno y mil pedazos,
siendo el justo precio,
por su perdición.
Prediqué en el suelo,
a las hormigas negras,
y lo que fue de ellas,
me lo guardo yo.
Te diré despacio,
que el secreto es bello,
si a través de ello,
mi fortuna crece,
como en estos años:
¡Desesperación!.

LA EVIDENCIA
No grites por hacerte oír
en una reunión de sordos.
No sufras por no hacer ver,
a los ciegos como topos.
Lo mismo ocurre en el mundo,
al explicar las evidencias,
que si solas no se ven,
con palabras no se acierta.

FILOSOFIA
Cansado de profundos pensamientos,
harto de sensibilidades supremas,
hallé para bien de mis penas,
la felicidad en la simpleza.
Decidí cortar los cimientos,
sobre los que se sustenta la razón,
y motivarme al buen son,
de las rutinas que empiezan,
por saborear los momentos,
de placeres mundanos,
como comer con las manos,
y rebosar de cerveza.

ESOS LOCOS BAJITOS
Era un niño repelente,
animal de pita voz,
que gritaba como hiena,
y jodíame la cena,
con un sadismo tan presente,
e inconsciencia tan atroz,
que reprimir asesinato,
para con el maldito niñato,
era desafío indecente,
a la Justicia de Dios.

¡Cuidado!, me dijo un santo,
no juzguéis con tal soltura,
pues si mantenéis la cordura,
tendréis que aceptar,
que si la bestia es el espanto,
es que sus padres lo son más.

Vale, yo le dije,
no culparé a la criatura,
de su jodida mala uva,
y me abstendré de matar ,
a tan perverso alfeñique.
Pero ahora, decidme:
Cuando esta alma pura,
se cansase de clavar,
el tenedor en mis carnes,
¿Podré acaso darles,
a sus paternas figuras,
un fino tajo sin más?

Manzanas traigo, saltó el santo,
y yo no dije nada,
cogí el cuchillo del plato,
y me dispuse a la caza.

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