20.10.06

VACILANDO AL BACILO

fleming


Están muy preocupados por el mal uso de los antibióticos. Vale.
Es inútil usar este tipo de medicamento, para por ejemplo, infecciones virales. Cierto.
La ministra de sanidad piensa... (¡Cuidado!).


Las verdades a medias son mucho más peligrosas que las mentiras absolutas. Dentro de una mentira total, al menos existe ese toque de honestidad del que uno puede colegir que todo el mensaje es falso.
Utilizar antibióticos cuando no procede puede ser peligroso para el usuario. Va a tener todos sus efectos secundarios ( inherentes a cualquier medicamento ) y ningún beneficio.
No utilizar antibióticos cuando sí procede puede ser peligroso para el usuario. Va a desarrollar una infección que a lo peor le lleva a la tumba.


En principio, que se desarrollen medidas para evitar el mal uso de estas herramientas terapéuticas es algo positivo. El problema es que muchas veces, el afán de fiscalizar e intervenir en todos los aspectos de la vida del ciudadano puede tener efectos más devastadores que beneficiosos.
En las democracias deficientes ( como la española ), en la que no hay criterios de selección de nuestros políticos , (puesto que vienen en listas bloqueadas y dependientes del partido) , por muy simpatizante que seas de un grupo, por muy afín que seas a determinadas ideas, si el partido decide que , por ejemplo, un asesino en serie forme parte de dicha lista, tan sólo tendrás dos opciones: aceptarlo o abstenerte. Decíamos pues, que en las democracias deficientes, si de algo tienes la certeza, es que con el paso del tiempo, lo más ruín, torpe, subnormal, cuando no criminal, de la política, va a formar parte de sus cuadros superiores.
Ante cualquier decisión tomada por este tipo de infrapersonas ( buenas para nada y para nadie, en las que no media la única soberanía legítima: el pueblo ), las elegidas por el partido; la primera reacción ha de ser la de desconfianza. Siempre hay que pensar que un oligofrénico, aunque diga que va usar la motosierra para talar un árbol, lo que puede acabar haciendo es cortarte la cabeza ( también se la puede cortar él mismo, pero en política no suele caer esa breva. Ignoro el porqué ).

“... no se deben vender sin receta... patatín, patatán... hay que hacer campañas de... “. Bien, muchas cosas serán más o menos discutibles, pero no implican en sí mismas nada malo. El plumero intervencionista se descubre cuando comienzan los verdaderos disparates. En el diario médico aparece la noticia de que la ministra de sanidad, además de las medidas referidas en el apartado de “patatín y patatán”, que podrán estar más o menos bien, tiene la intención de “presionar” ( lo que puede acabar en sanciones ) a los médicos de Atención Primaria para que prescriban menos antibióticos. Vamos a ver, la decisión de prescribir o no esos medicamentos puede , es verdad, estar distorsionada por elementos ajenos a los estrictamente profesionales y científicos. ¡Ojo!, cierto que el profesional puede tener la mano larga, cierto que pueda abusarse de su uso preventivo ( que por cierto, el hecho de que algo sea preventivo no lo convierte en innecesario. Ya hablaremos luego ), pero es mucho más cierto que es preferible una decisión médica que política.
Entre los médicos hay de todo. Por desgracia, y por sus propios mecanismos de promoción, en las altas esferas de la política prevalece un sólo tipo de persona, cuya mejor cualidad es la ineptitud. Los factores que influyen en la decisión del facultativo están mediados, en ocasiones, por la presión del paciente pero no va a ser un político de mierda quien mejor sepa lo que le conviene.
Si realmente la masificación y el no poder estudiar adecuadamente la evolución de la enfermedad del usuario es lo que contribuye al exceso de recetas mal indicadas, la única política plausible es la que se orienta a paliar dicha masificación ( en la medida de lo posible ). Dicho esto, el criterio ha de ser médico y no político (“jospis, no conviene que se receten tantos antibióticos. Solución: presionemos para que se receten menos”. No hija no. Trata de solucionar el entorno que dificulta la valoración profesional, pero ésta debe ser siempre profesional ).
Incluso acciones del “buen samaritano” que se impulsan desde las Administraciones Públicas corren el riesgo de convertirse en consejos peligrosos para el común. Campañas de: “la gripe no la cura el antibiótico, si tienes gripe toma líquidos y descansa” no deja de ser un atrevimiento político en el que se osa diagnosticar y tratar al potencial usuario sin estar cualificado ( ¿No habíamos quedado en que la automedicación es mala? ).
En 1918 la gripe mató ha más de doscientas mil personas sólo en España. Si hubieran existido antibióticos ( descubiertos por Fleming en el 28 pero no desarrollados hasta la segunda guerra mundial ), no se habría curado ningún caso de gripe pero tampoco habrían muerto tantos por las infecciones ( bacterianas ) secundarias al virus ( que son las que realmente se los llevaron al otro mundo ). Cabe la posibilidad de que para determinadas personas, ya sea por su edad o sus características individuales, se pueda estimar necesario administrar antibióticos de forma preventiva. No es incompatible que una infección bacteriana coexista con la viral, o incluso que el virus haya sido un precursor. De hecho, la irritación de las vías altas respiratorias que provoca una infección viral, es un caldo de cultivo acojonante para que las bacterias se lancen al ataque.
Si alguien tiene dudas que haga la siguiente prueba ( no la recomiendo ): Que grite como un poseso toda la noche, que tome bebidas extremadamente frías o calientes, o que haga cualquier cosa que acabe dejándole la garganta como el culo de un Mandril. Habrá conseguido una irritación comparable a los resultados de una infección viral. Pues bien, si su sistema inmune está cachas puede que la cosa quede ahí, pero si lo repite con la suficiente frecuencia y es perseverante acabará consiguiendo una bonita infección. Otra forma más fácil de verlo es rasparse la piel del brazo hasta que adquiera una tonalidad rojo-amarillenta ( si hay puntitos de sangre , mejor que mejor, tal que la garganta y los bronquios en una infección, vírica o no, de puta madre ). En este caso la irritación es de causa mecánica, pero la infección ( si el experimento se ha hecho con los debidos huevos u ovarios ) está asegurada.
Por lo tanto, hay que volver a insistir en que peor que la mentira es la verdad incompleta. Un resfriado vírico no se cura con antibióticos, pero hay que controlar la evolución.
En días anteriores, en el mismo diario médico venía una información correcta y sensata en manos de los profesionales pero nefasta si un político hijo de mala madre acabara metiendo sus pútridas narices. Se refería al exceso de prescripción antibiótica para las otitis de los niños. El articulo se orientaba a los profesionales con la intención de que, siempre que fuera posible ( no siempre lo es debido a la masificación ), se esperara , pero vigilando, hasta saber si realmente es necesario o puede resolverse sin ellos.
Una persona sana se puede permitir el lujo de esperar y vigilar la evolución de su catarro ( en origen casi siempre víricos e insensibles absolutamente al antibiótico ), que tiene un desarrollo lógico y bien definido desde su inicio a su resolución. Lo que no se puede desde la Administración pública es sentenciar , sin más, que “no pasa na, agua, agua y trapos calientes”. No hijos no, eso para las santas madres del político de turno. Si el abuelito cae malito que nadie se resigne ha darle zumitos sin más ( sin consultar al médico) ( “e que lo ha dicho la señá menestra, que con agüita....”), y que vayan pasando los días y la tos de perro se convierta en un silbido agónico. Se corre el riesgo de que la mamá al jugar con su hijita al “¿dónde está el yayo?”, la criatura responda: “el yayo etá amarillo” señalando su yerto cuerpo con el dedito. Es legítimo y comprensible desconfiar de la clase médica, pero de verdad, hacer más caso al político puede ser suicida.

Para terminar, lo importante ya está dicho, sólo resta que señalemos de forma somera, que en lo que se refiere a la resistencia antibiótica, las cosas no son tan simples como su mal uso. Desde el propio descubrimiento por Fleming de la penicilina, ya se sabía que con el tiempo la bacterias irían haciéndose cada vez más bordes. Es ley natural, aquellas que sobreviven ( sí, esos animalitos también pugnan por su supervivencia ) serán cada vez más fuertes. Ellas aprenden de forma involuntaria, la que más se ha tardado en matar es por que tiene más mecanismos de defensa contra el medicamento. Si no ha sido eliminada, sus hijas tendrán sus características ( ser bordes ).
Un científico del campo biológico ( lamento no recordar su nombre ) decía que desde los años 70 no se han desarrollado realmente nuevos antibióticos ( si modificaciones de los existentes ) y que se nos está pasando el arroz un poquito, vamos, que no hay que dormirse. La ventaja que tenemos es que mientras el pobre bicho no puede ir por delante de su infortunio, nosotros si podemos desarrollar estrategias que vayan por delante de los mecanismos que estas hayan desplegado contra el antibiótico.
No siempre hay una relación directa entre bacterias bordes y el abuso de determinado antibiótico. Hoy hay tuberculosis muy, pero que muy japutas.... nadie se automedica con antituberculosos, la resistencia del bacilo de koch no se debe a la automedicación masiva ( aunque sí a la inframedicación de determinados grupos como yonquis, etc. ). Otro tanto con las nosocomiales, que son de ámbito intrahospitalario y no del metro. En fin, es complicado. Como Sísifo, estamos condenados a ir por delante de las infecciones estudiando nuevas y mejores maneras de combatirlas. Esto ocurrirá incluso si el tratamiento antibiótico fuera prescrito con una escrupulosidad perfecta: las bacterias se acabarán haciendo resistentes. Por supuesto que cuanto más tarde mejor.
Salud.

3 comentarios:

Southmac dijo...

Suscribo todo lo que dice, señor Altramuz. Estaba yo preocupado por el tema, ya que al carecer de anginas desde mi más tierna infancia los resfriados respiratorios (que no los del pene) suelen desplazárseme hacia la zona bronquial, con todo lo que ello implica. Por suerte en fechas recientes he descubierto en el inmenso Madrid una farmacia de gente legal que te da el antibiótico que te salga de los cojones sin recetas, sin consejos estúpidos y, sobre todo, sin mirarte como si estuvieras tratando de adquirir opio puro.

Lo dicho, con esas políticas lo único que conseguirán será saturar más la atención primaria y, sin duda, un incremento de decesos provocados por la ausencia de profilaxis antibiótica en esos casos que la subnormal de la ministra tan sólo ignora y hasta desprecia.

Saludos desde el fondo del vaso ;)

PERCEBE dijo...

¡Que conste que desde aquí se recomienda consultar con el galeno!.
PD: Es que tenga en cuenta vuecencia que para determinadas cosas te pueden meter un puro mayor que por apología del terrorismo.

Hablando en serio, al día de hoy, si el médico cree que puede ser necesario el uso antibiótico, todavía no se corta en recetarlo por mero hecho que haya presión política.

No obstante, y andando el tiempo, si se va a poner peligroso. Por razones que no vienen al caso, digamos que un amigo de percebe-padre conoce de primera mano la odisea de un pobre hombre que acudió a urgencias... le recetaron el tratamiento made in ministra y... casi se muere de una neumonía. Eso le pasa por hacer caso a médicos bisoños, hijos de Gran Hemano, mucho más adoctrinados ( en el peor sentido de la palabra ) y más pendientes de lo políticamente correcto que de la seguridad del paciente. Desengaños de ese tipo son los que a la larga pueden llevar al usuario a intentar adquirir antibióticos a través de internet, a desconfiar de la sanidad y a tratarse un simple resfriado ( de los de ¡achis! , ¡acchis!, en los que definitivamente no es necesario más fármaco que los sintomáticos, tipo analgésicos ) con una tonelada antibiótica por miedo a que le ocurra lo de la última vez.
El pobre hombre al que me refiero es un candidato a la sobremedicación. Que le den las gracias a nuestros próceres políticos.

PD II: Conforme vayan poniendose de moda el anti-antibiotiquismo por razón política y no médica será interesante ver las estadísticas de muerte por neumonía en nuestros ancianitos. No quiero pensar que sea una estrategia para ahorrarnos pensiones, pero lo parece.

Que conste que desde aquí se recomienda que ante la duda se consulte al médico. Eso sí, hasta el día en que se generalize el "agüita para todos".

Hagan caso a su médico, en tanto siga siendo médico, pero no hagan ni puto caso al ministerio. Como en el propio anuncio patrocinado por sanidad ( que en sí mismo no es malo e incluso es gracioso; cosa inaudita en algo que procede de la administración ), en el que el frutero dice: "A ver esa otitis", que no sea el político el que diga: "A ver ese granito en el pene... ¡Huy!, hay que cortar" ( luego resulta ser alergia a la lycra ).

Southmac dijo...

Muy bueno lo de la referencia al anuncio de la tele. En efecto, el ministerio de turno es el que actúa como ese frutero: sin tener ni puta idea y basándose en extrañas paranoias...