22.7.05

EL DUENDE





El Duende del bosque ronronea de placer. Su misión es capturar ideas y fundirlas en el caldero del olvido. ¡Ya caerás cabrón!. La gente piensa que las enfermedades mentales tienen una explicación fisiologico-química. ¡Viven en un error!. Se cree que las “leyes físicas”, la ciencia y otras patrañas son las que rigen el mundo.
Es mentira. Desde el nacimiento hasta que nos llega la muerte, nos asaltan con conocimientos supuestamente ciertos: “te lo juro por Don Búho, el mundo es así”. En cualquier época los humanos han explicado lo que les rodea en función de las tonterías que les han contado los veteranos. Hay facciones, claro, pero todas ellas creen conocer el sentido, las causas y lógica interna de las cosas.
Bien, ellos lo creen, pero yo lo se. Yo escape del Duende del bosque y capturé los secretos. Los ayudantes de este ser son las Hadas. Ellas insuflan las ocurrencias y doctrinas de los humanos. Como el que es atacado por sus efluvios está convencido de ser el autor de esa sensación de conocimiento, jamas, salvo por accidente ( que es mi caso ), podrá percatarse de la verdad.
Nací en un pueblecito de Irlanda cercano a Cork en 1980. Al cumplir los veinticinco me traslade a Dublín para trabajar de enfermero en el Hospital General.
El sueldo era bueno. Los Irlandeses éramos el pueblo de Europa que con mayor rapidez nos habíamos vuelto nuevos ricos. No hacía mucho que estábamos entre los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y Spain ) y de repente nuestra renta per cápita sólo era superada por Luxemburgo en la UE.
Como tenía espíritu ahorrador, o los genes de la hambruna del XIX, compartía piso. Mis dos compañeros eran un puto británico ( con cariño ) y un nor-irlandés ( entre nosotros un medio puto británico por muy pro- Ira que se las diera ).
Trabajaba en la UCI y allí empecé a sospechar que las cosas que nos contaban eran un cuento. Todo estaba estructurado, la medicación y los protocolos a seguir. En el fondo era un ritual. Todo funciona de ese modo. En ese sentido las Hadas no tienen mucha imaginación. Desde la noche de los tiempos siempre ha sido igual. En el paleolítico los procedimientos se adaptaban a sus circunstancias y en el 2005 lo mismo.
La doctora O´Kelly se dio cuenta del asunto, pero sólo unos segundos.
- ¿Qué le pasa al de la treinta?.
- Está vomitando toda la medicación - le responde Sonnie, la enfermera fashion.
- Que tontería, pero si no tiene esófago, recibe la alimentación a través del catéter.
Sonnie se queda con la sonrisa del besugo y se gira hacia la cama del enfermo. Todo parece estar en orden y no hay rastros, ni tan siquiera de baba, en la cara. Pero entonces la doctora ve lo que la enfermera ha creído que era un vómito: Un Hada torpe, de la nueva hornada, insuflando efluvios de ideas a una persona que no es ninguna amenaza para el Duende. Yo estaba recontando la medicación del siete y también lo vi por el rabillo del ojo.
Aunque el Hada es torpe, se da prisa en restablecer ideas correctas en la mente de la doctora. No es lo suficientemente hábil para descubrir tras mi máscara de estupidez, se oculta el conocimiento.
Mis compañeros se están peleando, ¡animalicos!. Esto debe ser cosa de las veteranas. De vez en cuando se aburren y la arman. En la tele habla un tío sin parar, lleva bata blanca y no para de largar. Tendré que cambiarles la medicación.
- ¿Cuantas veces te he dicho que no salgas de tu sala?. Como se entere la doctora O´Kelly te aumentarán los sedantes.
La puta enfermera fashión siempre me está jodiendo. Pobre, no sabe lo manipulada que está. Algún día mataré al Duende y liberaré a la humanidad.
- ¡Enfermera! - Angus grita angustiado.
- ¿Qué pasa Angus?, ten cuidado te estás pisando la bolsa y de tanto quitártela y ponértela vas a pillar otra infección.
- Los compañeros de habitación del chalado este se vuelven a currar.
- Pero si les habíamos puesto doble dosis de Valium.
- Yo creo que el chalado les cambia la medicación. - El muy cabrón me mira como si supiera de que va la fiesta. No sabe nada. Desde que me encargo de supervisar los medicamentos todo va mejor en el hospital. Por cierto, tengo que comprobar mis cheques, el Presidente puede que me chulee parte de mi dinero cuando me paga. Políticos, ya se sabe.

Hay un charco de sangre enorme. El del IRA ha debido sufrir un ataque de las Hadas maléficas. La doctora dirá que se le ha descompensado la medicación, pero yo se la verdad. Se hace llamar doctor Kyle, pero se que es el puto Duende.
- Doctora O´Kelly, ayúdeme, tenemos que contener la hemorragia. Debe haber sufrido un brote agudo de esquizofrenia y le ha arrancado la yugular a mordiscos. ¡Que desastre!. No se esmere demasiado, es por cumplir el protocolo, ya sabe que no podemos hacer nada. ¡Joder!, se podía haber quedado en Irlanda del Norte el loco este.
El doctor es un cínico. El es el Duende y el culpable de que mi compañero se haya vuelto psicótico. Pero ya me he encargado, su café lleva poción mágica. Sólo tengo que distribuir las muestras del Ebola que cogido del laboratorio y esparcirlas por la sala de espera de consultas externas. En contra de lo que la gente cree, no es peligroso para los humanos, sólo acabará con las Hadas que queden sueltas.

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