14.5.05

EL DARDO Y LA VICTIMA


"Si la piedra golpea al cántaro, pobre cántaro.
Si el cántaro golpea a la piedra, pobre cántaro; siempre pobre cántaro"
DEL TALMUD (más o menos)

- ¿Buenos días doctor?, ¿cree qué he tenido un buen día?. Tenemos menos de diez minutos para tu consulta, así que desembucha. ¿Qué nos pasa?.
El doctor Navascués mira con severidad al paciente. Juan es un pusilánime oficinista bancario con molestias en el testículo izquierdo. La enfermera debe de saberlo, me refiero a lo de pusilánime.
- Bueno, yo... Es que tengo molestias... - Juan, Gómez para más señas, está muy colorado , la enfermera es hermana de la dueña de la tienda de comestibles a la que acude su familia desde siempre.
- ¡Vamos!, no seamos vergonzosos. ¿Hemorroides?, ¿verrugas venéreas?. - Her Navascués se las sabe todas.
- No, es que me duele un testículo..., el izquierdo. - la enfermera Beatriz sonríe torcido, como con burla. Para colmo de males es tan víbora como buenorra.
- Bien, bien, bien, - se levanta y con un gesto le señala la camilla - pantalones fuera y boca arriba.
Juan obedece como un autómata, esta tan cohibido, que nota como se le encogen los huevos hasta casi incrustarse en el peritoneo. Con su cabeza escarlata y escuchimizadas garrillas blancas, se pone decúbito supino.
- ¡Joder!, ¿Donde tiene este tipo los testes?, no palpo nada. - se gira hacia Beatriz como diciendo: - mira tu a ver si... -
La emfermera con una vocecita de - ya veras cuando lo cuente en el bar - le dice al enfermito: estás muy tenso, Juan. Luego, se vuelve hacia el doctor:
- Su madre siempre cuenta en la tienda que Juanito es muy nervioso. Cuando era pequeño, al acercarse el día de Reyes, se pegaba tres o cuatro con diarreas. Además una vez...
El teléfono suena y es atendido por Her doctor. - Si, comprendo...
- Lo siento Juan pero tengo que ir al Hospital General cagando leches. No te preocupes, la doctora Galindez está en la consulta de al lado, voy a hablar con ella para que se ocupe de ti. Y tranquilo tío, que si hay que cortar te los proteges muy bien. Es broma. Adiós Juanito.
Al salir deja la puerta abierta. La camilla está orientada de tal forma que todo el ala sur de la sala de espera ve al señor Gómez en tan elegante pose. Por fin, Beatriz cierra la puerta y acercando su escotadísimo cuerpo a la víctima le asegura que la doctora Galindez vendrá en seguida.
- Bueno Juanito, parce que estamos más tranquilos. - se sienta descuidadamente en la camilla y le apoya la mano en el muslo. - Cuando ayudo a mi hermana en la tienda y te veo, nunca hablas mucho. - la mano le da unas palmaditas y parece acercarse a zonas peligrosas. Sólo lo parece, por que enseguida se levanta y se pone a revisar recetas.
- ¡Buenos días! - dice una voz infantil. Es la doctora Galindez que tiene la voz como la cara. Aparenta ser esa muchachita traviesa que, que narices, uno sueña con clavársela.
El acopio de tensión hace que Juan note un cosquilleo en el bajo vientre. La verdad es que no sabe si está al borde de la eyaculación o de cagarse.
- ¿Que le pasa a nuestro paciente, Beatriz?
- ¿Acaso no puede preguntármelo a mi? - piensa Juan.
- Le duele un testiculillo - retintín, retintín.
- Vamos a ver. - Miss Galindez manipula el huevo izquierdo como si fuera el dial de la radio. Su mano se posa sobre un pene que en breves momentos va a adquirir vida propia. - No parece estar inflamado. - añade Galíndez.
- No, no lo parece - comparte Beatriz.
Una súbita erección escupe semen como un grifo de cerveza. Dos chorretones blancos se derraman por el cristal de las gafas de la doctora.
- ... Señor Gómez, nunca había visto algo semejante. Debe ser que se ha puesto nervioso. Le voy a prescribir una ecografía. Espero que si le toca una radióloga no monte el espectáculo.
- No se que ha podido pasar - dice con una voz que no le llega al cuello. Beatriz, superada la cara de circunstancias vuelve a sonreír torcido.
- No creo que le ocurra nada, pero por si acaso descartaremos la existencia de un varicocele.
- Juan recoge el volante y , siempre mirando al suelo, sale de la consulta. Vivir en un pueblo pequeño garantizará que no solo el ala sur de la sala de espera disfrute a su costa. No es lo mismo que aquellos que le vieron en tan sugestiva pose, cuando estaba la puerta abierta, pensaran en posibles enfermedades de Venus, a la certeza de lo ocurrido. ¡A amigo!, trabajar en un banco le da información privilegiada sobre la salud económica de sus convecinos. Si va a ser la comidilla, que lo sean todos, o como dicen en su pueblo, " o follamos todos o tiramos la puta al rio":
- Pues los López mucho aparentar pero están tiesos como... - se imagina chascarrilleando Juan Gómez. - ¡ No es lo mismo !, no es lo mismo - piensa con acierto - y de tiesuras mejor no hablar. Además, los que han nacido para diana no pueden tirar dardos. Está escrito

2 comentarios:

Southmac dijo...

Jjajjajajajajajjaja :D bonita historia médica. No sé por qué el ambiente me resulta familiar ;)

(Así que doctora con voz infantil (como la cara), eh, jjajjajajajajajajjaj

Esto de las historias médicas puede ser un filón, ya te digo.

saludos, don Percebe

PERCEBE dijo...

Saludos South, son cosas que pasan. No obstante es un gremio don de la pofesionalidad y respeto están por encima de todo pensamiento. No obstante, si usted es médico, perito agrónomo, policía, político o persona muy sensible:
- no vea la tele.
- no lea Blogs.
- no haga nada que no sea obligatorio.
- emigre al polo
Cualquier cosa de este Blog que pudiera ser ofensiva para persona o cosa, estará unicamente en la mente del ofendido.
"Los personajes son burdas imitaciones, el contenido puede se ofensivo o de mal gusto, etc,etc. Si usted es muy especial no lea nada de lo aquí publicado y mucho menos a Sout."