10.5.05

UN DIA NEFASTO




- Luismi, no te puedes rajar ahora, ayer lo dejamos casi todo terminado. - dice Santi. Tienen 12 años y viven en Alcorcón. Están hablando del Indio y del Pelayas, dos compis del colegio. Son de esos amiguitos que en el recreo te quitan el bocata y lo que lleves con hostia de propina. - Tenemos que hacerlo, - continúa Santi. - ellos siempre intentan ir con chicas a la caseta de obras que ya conocemos bien ¿no?. Hoy irán, ya te dije que se lo oí a Susana. “ Sabéis que la puta de la Yenifer y la Silvia van a ir al garito con el Javi y el Pelayo el viernes. “
Hace frío para ser últimos de Febrero, pero Luismi está perlado de sudor. Probablemente sea miedo o quien sabe si pánico. No hay marcha atrás de todos modos. El indio y el otro siempre se pasan. No son de los peores, ni siquiera son navajeros, pero es un incordio aguantarlos.
- ¿Seguro que no aparecerán hasta las seis ?. - Luismi mira a todas partes, no lo tiene claro.
- Que sí atontado, que se quedan jugando a la play con el Ismael, han quedado luego - responde con irritación Santiago.- Acto seguido hurga en su mochila, todo está en orden. Conforme se aproximan a su destino, el estómago de su amigo no deja de contraerse y contraerse. Le da un ataque de tos y vomita la pizza de la comida.
- Eres un cagón. - la cosa empieza a cansarle. - ¿No ves que es necesario ?-. En silencio llegan al objetivo. Hay que dejar la mayoría de las cosas listas antes de que lleguen los otros.
Como el plástico de la barraca está lleno de agujeros, no se notarán los cuatro extras que hay a ambos lados del quicio de la entrada. La puerta es de las que se abren hacia afuera, una vez dentro las presas, bastará introducir los alambres que bien anudados impedirán cualquier escape. Ayer por la noche dejaron dentro el bendito bidón de plástico llenito de gasolina. Está casi pegado a la parte trasera de la caseta y escondido bajo los tubos de pvc; allí donde hicieron los dos imprescindibles boquetes de unos diez centímetros de diámetro en la pared.
- Vamos a repasarlo todo Luismi, nosotros nos quedamos escondidos detrás, no te preocupes que sabes que no hay ventanas. - Santiago tiene dudas de que le esté escuchando. - Cuando estén dentro, con cuidado, ponenos los alambres en la puerta. Hasta aquí fácil ¿sí o sí ?. - Se oyen voces a lo lejos, - venga Luismi, no la jodas ahora que ya vienen.
- Indio, ¿llevas calzoncillos?, Silvia dice que no llevas - grita Yenifer. - Yo no le he dicho nada - grazna entre risitas la aludida. El Pelayas hace un intento de bajarle los pantalones para verificarlo. Todos ríen y son felices.
- Ya han entrado. - Santi está exultante. - Despacio van rodeando el garito hasta la puerta, Luismi se tropieza y cae de morros contra una piedra. Dos cordones de sangre brotan de su nariz. Parece una fuente, debe ser la tensión que le convierte en un verdadero manantial. - Mira que eres torpe. - su amigo rebusca en la mochila y saca dos trozos de algodón. - Ponte esto. - Se lo piensa. - mejor te lo pongo yo, tu igual te lo metes en los ojos. Llegan delante de la puerta, el uno es la felicidad en estado puro, el otro es un Zombie con torundas blancas en las napias.
- Sujeta la mochila. - El catatónico amigo obedece como un robot. Con una pericia fuera de serie termina el trabajo. - Hala!, vamos patrás. Tiene que darle dos golpes en la cabeza para que reaccione.
- Habéis hecho trampas, - dice Silvia - siempre me toca desnudarme a mi.
- Pelayas el tienda de campañas - rima el Indio.
Detrás nuestros amigos han desmontado el operativo: tubo de goma, embudo, algodón, cinta aislante, lápiz, alcohol y estilete largo. - Venga Miguelito, tu clavarás el punzón por el hueco de abajo en el bidón y mientras yo echaré el alcohol por el de arriba. ¿Qué te he dicho?. Habla periquito, haabla - le pasa la mano por delante de la cara.
- Ñio cavaré el puñon - responde al fin el muerto viviente con acento nasal de Yorkshire.
- ¿Cómo que no lo clavarás?.
- Ñigo que ñi lo cavaré - la cabeza hacia delante, la cabeza hacia detrás, la cabeza hacia... etc.
- Macho, es que no se ten entiende ñada. - se sonríe mientras termina la mini antorcha con el lápiz, cinta y tal.
Por fin la cosa empieza a funcionar, Ñuisñiguel con su tembleque clava el pincho en el depósito mortal a través del agujero de abajo y simultáneamente Santiago introduce el alcohol por el de arriba mediante la goma. Como hay muchos rollos de tubos sobre el regalito, los excitados y felices inquilinos no notan nada; o casi
- No oléis a gasofa, yo huelo a gasofa. - dice Yenifer mirando a todos lados.
- Tía no jodas, has sacado ochos y pagas. Te tienes que sentar encima del Pelayas en calzoncillos sin bragas.
- Da lo mismo, lleva tanga. - ríe Silvia.
Si se echa el lápiz encendido muy pronto, puede que el alcohol no llegue a prender el combustible. Si se echa muy tarde pueden olerse el pastel. Santiago calcula que la gasolina que mister miedo ha vertido al pinchar el depósito ya estará a punto de ser visible; en fin es la hora.
- ¡Tía, tía, sale fuego de los tubos. - se levanta Yenifer de un salto del montículo del Pelayas.
- Sale fuego del pito de este - señala el Indio.
Ocurre en segundos, un gran fogonazo extiende las llamas por toda la caseta. Pelayo tiene las piernas ardiendo, se levanta, pero como sus pantalones están el los tobillos (chico malo ), vuelve a caer al suelo. Todo son gritos y alaridos de terror. El humo negro convierte los ojos del Indio en dos faros infernales y es el único que intenta abrir la puerta. Al darse cuenta de que no se puede abrir, sus últimos segundos son de revelación. El conocimiento es malo. Sus compañeros de desgracia llegarán a la inconsciencia en el mismo tiempo que él, pero, mientras que aquellos no han podido reflexionar sobre la situación, este muchacho tiene nada más y nada menos que una certeza: van a morir.
- Estos cabrones casi no han sufrido. - Sentencia Santi frunciendo los labios en posición “mecachis”. - Bueno, nos vamos “ aquí no hay nada que ver.” (voz del oficial Barbredy, o como se escriba, de la serie South Park.)
La carretera está a unos doscientos metros y los edificios más próximos poco después. Una colosal columna de humo negro tiene que ser vista incluso desde Madrid. ¡joder como arde una mierda tan pequeña!.
Lo inevitable, un coche de policía se detiene en el margen de la carretera. - ¡Chavales !, ¡ eh, vosotros!, el de la mochila y el lelo. ¿Que cojones habéis hecho ?. - El poli ya está a diez metros de ellos. - ¡Hostia puta , el Santi !. ¿Que haces aquí , sobrino?.
- Ya te lo dije, marica, joder a esos capullos.
No ve venir la colleja de su tío, pero es inevitable, la mano resbala y de rebote le da en las narices a Luismi. El Danubio rojo “ is back “.
- Lo siento Miguelin, pero no me gusta que Santi tenga la boca tan sucia. - ahora mira seriamente a Santiago y poniéndole la mano en el hombro:
- ¡Joé!, haberme avisado. ¿Qué pasa si te pillan?, ¿sabes el disgusto que se llevaría mi hermana?. Tendré que montar películas con los cuerpos, que si tal, que si Pascual... Claro, no piensas, eso es lo que os pasa a los chicos de ahora. Menos mal que me olía la tostada. - Rafael. - Le grita a su pareja. - Llama a la central y les dices que nos encargamos de todo, ¿vale?.
- Vale. - Rafa “ el botijo “ responde con laconismo y mirada de infinita tristeza.
- Claro, mientras estabais haciendo el tonto no os habéis enterado de nada ¿no?. - pregunta a los dos poyos.
- Ñe que - dice Luismi.
- De que hoy es UN DÍA NEFASTO. - Pausa solemne... - Hemos perdido la Champions.
La sangre de Miguel se seca de golpe, Santiago no puede dar crédito a sus palabras. Hay cosas tan irreparables que dan ganas de morirse. ¿Como puede el destino generar tanto horror?. En el fondo son niños. Obsesionados con nimiedades se olvidaron de que hoy, precisamente hoy, se jugaba la final.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y es que, hay cosas mucho más importantes que la vida de un hombre.
El fútbol, por ejemplo.

PERCEBE dijo...

Pues aunque parezca mentira está basado en hechos reales( más o menos ). Cadena de montaje de Opel, dos vehículos retrasan la producción por que el robot no ha puesto bien las tuercas que sujetan el motor. El jefe de producción que grita: - ¿ Qué coño pasa que estamos parados ?. En fin, que si lo uno, que si lo otro. De repente se oye: ¡Gol del Milan!. Y todos preguntando (incluido el bronqueras): ¿Ha marcado el Milán ?. Y bueno, luego sigue la cháchara futbolera y los coches defectuosos pasan de largo como si nada. Y es que hay prioridades y prioridades.

Southmac dijo...

Um, ya decía yo que últimamente el volante iba raro. Por no hablar del día que me quedé sin frenos justo después de una revisión. Los chavales del taller estaban concentradísimos en la liturgia de la puta pelota cuando dejé allí el coche.
Por suerte los frenos fallaron en la ciudad y sin peatones cruzando el rojo o bakaladeros a la vista.
Ahora podría estar muerto o, lo que es peor, podría haber atropellado a algún ¿inocente?

juajajaj