6.6.05

GABINETE DE CRISIS


El gabinete de crisis está reunido. Como primer punto de la orden del día está el tema de la guerrilla.
- Presidente, debemos tener en cuenta lo que ya sabemos respecto a eso. - dice el Almirante Sancho.
- ¿De que pavas están hablando?. - el Ministro de Economía tan despierto como siempre.
- Ya, Almirante, ya. Mejor hablamos luego, ¿vale?. - El Presidente parece irritado.
- Es muy fuerte, muy fuerte. - La Ministra de Cultura está consternada.
- Bue, dosmil muertos no son tantos. Todos los años hay más. - Apreciación del responsable de Turismo.
- Lo primero que tenemos que hacer es un comunicado en el que mostramos nuestra más enérgica repulsa por lo sucedido. - El presidente se levanta mientras va dando forma a sus ideas.
- Debemos asegurarle al país - continúa - que nada será capaz de doblegar la soberanía de la Patria y que jamás cejaremos en nuestra magistral lucha por la libertad.
- Si, pero respecto a las concesiones territoriales de la selva, que posición oficial tomamos. - El Ministro de Economía parece despertar.
- Mira Waldo, no jodas más con eso - se irrita el Presidente Álvarez - . Tenemos que tener cuidado con no recrudecer una ofensiva que no podemos parar.
- Pero Presidente, hemos invertido millones en nuestras fuerzas de...
- ¡Metete en lo que entiendes!, - se calma un poco y prosigue - Waldo. La situación es muy delicada. Por un lado hay rehenes y podemos considerar como tales a los habitantes del territorio que controlan. Además hay un sector de nuestro electorado que no ve con buenos ojos las acciones expeditivas. No obstante, parte del mismo si lo está. - El Presidente piensa un poco y sigue.
-¡Está claro!, esto es un asunto para el Aparato de Prensa. - Mira al Almirante Sancho con complicidad, recordándole con el gesto que tienen hablar más tarde.
El Almirante se levanta y se acerca a un secretario.
- Ya sabes Martín, dale forma, embrollalo y que sólo se entienda lo de “apoyo sin fisuras”, “firmeza y templanza”, “no os abandonaremos”, pero que la guerrilla sepa y le quede claro que no vamos a entrar de momento en su territorio.
- ¿Qué es eso de “su territorio”? - dice Waldo, que escuchaba las palabras del Ministro de Defensa e Interior.
- Naaaada, Waldo, nada. Te ahogas en un vaso de agua - le tranquiliza el Almirante - , sólo es cháchara. - se vuelve de nuevo para seguir dándole instrucciones a Martín.
El presidente Alvaro mira su reloj con irritación. A las diez de la noche comienza su teleserie favorita.
- ¿Cuál es el segundo punto a tratar? - La pregunta es en general, a la concurrencia.
- El tema ese de los Mosquitos y los Juliapanes - aventura la Ministra de Cultura con aburrimiento.
- ¡Coña!, es verdad Presidente. - El Almirante se levanta de golpe tirando la mesa y su vaso al suelo - . Es de lo que tenemos que hablar luego con quien ya sabes.
- Si, claro. ¡Joder!. - El Presidente coge el teléfono. - Susana, que soy yo. Que te llamo para que no se te olvide poner a grabar el vídeo. Si la telenovela. ¿Susi?, ¿Hay alguien contigo?, me pareció oír una voz. Ah, que es la radio, vale . Si, llegaré tarde, no me esperes.
- Bien, - se dirige Alvarez al Gabinete - el Almirante y yo nos ocuparemos del tema. La celebración que inaugurará la liga nacional se producirá sin contratiempos. Se pueden marchar, todo está bajo control.
- Pe-pero Presidente, - Waldo está que no se encuentra - tenemos que ultimar la seguridad, la guerrilla querrá reventar el acto y...
- ¡Ocupate de la Economía!, ¡cojones!. - El Almirante le pone la manos sobre los hombros y aprieta hasta ese punto en que no se sabe si te están agarrando fuerte o directamente haciéndote daño.
- A casita todo Dios, que ya nos ocupamos de todo. - El Presidente hace gestos con las manos como quien airea un pedo.
Cuando se han marchado el resto de los ministros, Alvarez y Sancho se miran tal que si fueran a hacer las mismas fechorías que de jovencitos. Ambos eran de familia bien y muy, muy progres; como Dios manda. En una manifestación de veinte años atrás, habían bebido más tequila que Chavela Vargas para desayunar. De los veinte carros que había en la calle Bolombia, volcaron diez y nueve. El último era el volvo de la mamá de Sancho y no era cuestión. Además, un volvo pesa un huevo.
El Presidente coloca el teléfono en línea segura. Marca con decisión.
- ¡Santos!, ¿eres tú?. ¿¡Qué pasa bandido!?. Mira, estoy aquí con Sancho. Si, “la Hoz de la burguesía” le llamaban. Si, te entiendo, pero esta vez os habéis pasado un poco. De todos modos, lo hecho, hecho está. - Mira al Almirante sonriendole, todo va bien.
- A lo que voy, Santos. Ya sabes que el Domingo empieza la liga. Escucha antes de decir nada. Mira, te vamos a ingresar diez millones de dólares en la cuenta que tu quieras. Espera. - “está receptivo”, le susurra a Sancho tapando el auricular.
- Además te vamos a dar un bollito. Si, escúchame, mañana el Ministro de Economía va a ir a dar una conferencia al hotel Pisto de la capital. De diez a once de la mañana no habrá seguridad así que ya sabéis. ¡Ja, ja!, que borde eres. - “Dice Santos que ¿quién le quiere hacer el favor a quién?”, le cuenta a Sancho. - Así que todo solucionado ¿no?, un abrazo bandido. -. Cuelga el teléfono.
El Almirante interroga con la mirada al Presidente.
- Tranquilo Sancho. La liga comenzará sin contratiempos. Ya sabes, pueden matar a mil pringaos que no va a afectarme al puesto. Pero si se jode la liga la jodemos todos.
- Me quitas un peso de encima, por ahí nos podían pillar pero bien.
Ministro y Presidente sonríen, han hecho un buen negocio.


En un lugar indeterminado de una indeterminada nación.
-Joder compañero, creía que con la última operación la habíamos cagado. Muchos camaradas de la guerrilla decían que como por culpa de la voladura del colegio “Los Angelitos de San Rafael”, se suspendiera la liga... Vamos, que nos desertaban la mitad. Luego va y me llama el Presidente, si tu antiguo vecino y compañero de universidad, ofreciendome pasta e incluso un objetivo a cambio de no reventar el acto inaugural. -Se rasca la cuidadosamente descuidada barba y prosigue - Claro, que el objetivo que nos ha entregado no se si es para él o para nosotros.
- Nada Santos, no le des más vueltas, tenemos el viento a favor. ¡Vivan los Juliapanes!.
- No te pases compañero, los Mosquitos van primero. - Bromea Santos, eso sí, apuntado inadvertidamente a los huevos del Juliapanero con su Kalasnikov.

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